Hay quien dice que Chihuahua no ha vuelto a tener los fríos de cuando yo era niña, pero mis años en Querétaro me movieron el termostato con el que nací y yo ahorita tengo mucho frío, casi el frío que duele.
Hemos estado bajo cero las últimas madrugadas; pero mi hija, tan campante; nada friolenta, esa criatura; hay que estar pendiente de que no se quite los calcetines y tremendo disgusto se llevó hoy porque decreté que solo se puede jugar con agua en primavera y verano.
Ojalá todo el mundo tuviera donde resguardarse, con qué abrigarse.
Silvia Parque