No tengo que conformarme nunca más. Esa debe ser la clave del éxito. Ser exigente con todo, con todos e incluso (incluso no, sobre todo) conmigo misma.Si algo no me gusta, fuera.Si alguien no me gusta, fuera.Si algo no suma en mi vida o si lo único que suma son malos ratos... fuera.Si no encaja con lo que quiero, fuera. Y mucho más si encaja con lo que no quiero.Si algo parece bueno pero de pronto empieza a cambiar para mal, fuera.Si alguien me hace esperar o perder el tiempo, fuera.Si algo no funciona y no sé arreglarlo, fuera.Si yo no soy como tengo que llegar a ser, empezaré a currar para conseguirlo. Implique lo que implique.
Tengo un plan: esperar más de la vida y sobre todo de mí misma sin importarme la nota final. Igual vuelvo a suspender pero, total... peor que la media que llevo hasta ahora no puede ser.
Nada de besos a medias.Nada de lágrimas inútiles.Nada de echarme la culpa de todo.
Tengo un plan: quien me quiera que me busque. Siempre he seguido esa premisa de "arremángate y sal a buscar lo que quieres" y me ha servido para una mierda. A partir de ahora voy a dejar de querer tanto y a empezar a dejarme querer un poco. Que me llamen, que se lo curren, que me demuestren, que me besen primero. La vida es corta y en la mía quiero que me den muchos primeros besos.
Sin prisas; sé que es un proceso de transformación personal, que todo depende de mí y de nadie más y que me llevará un tiempo. Por eso y hasta que suceda -si es que sucede- estaré por aquí bailando. Que tampoco está mal y es mi plan B.