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Teoría de la Dependencia

Publicado el 09 agosto 2011 por Tetenoemi @TeteNoemi
(Apuntes rápidos)
Esta línea de pensamiento tiene su período de esplendor en la década que va del 1965 a 1974.
Como factores del contexto de emergencia de la misma actúan la expansión del comercio internacional, la descolonización y  fundamentalmente, el reconocimiento teórico que el par desarrollo/subdesarrollo configuran un sistema mundial hegemonizado por la economía capitalista.
Los antecedentes que van conformando este nuevo paradigma lo constituyen la crítica de Prebish y la CEPAL a la economía neo-clásica y el debate entre el marxismo y el neo-marxismo que encaran Baran y Sweezy. - La denominada cepalista, en la cual se inscriben Celso Furtado, Raúl Prebish y Helio Jaguaribe.
- La neo-marxista con Vania Bambirra, Mauro Marini, Th. Dos Santos, Aníbal Quijano y Samir Amin.
- El nuevo enfoque representado por Gunder Franck; y
- El marxismo ortodoxo con Cardoso y Faletto. En Latinoamérica, su difusión académica estuvo signada por un debate científico transdisciplinario donde destacaron entre otros: Sergio Bagú y Josué de Castro.
Las características sobresalientes de la teoría son las siguientes:
- Negación del carácter feudal de la economía de América Latina: se considera que desde sus orígenes aquella asume un carácter capitalista como consecuencia de estar inserta en el comercio mundial.
- Afirmación de la incapacidad de la burguesía regional para convertirse en burguesía nacional y democrática, lo que le impide oponerse al capitalismo internacional y diferenciarse como sector organizado en torno a un proyecto de desarrollo propio.
- Reconocimiento de los límites de los gobiernos populistas,
- Valoración de la movilización estudiantil
- Advertencia del avance del capital financiero.

El contexto

Al comenzar los años 60, economistas y sociólogos del Tercer Mundo elaboraron la Teoría de la Dependencia, según la cual desarrollo y subdesarrollo eran dos caras de la misma moneda: uno no podía existir sin el otro. Esta interpretación sirvió de base a los movimientos más radicales de los años posteriores, que postulaban la salida del sistema capitalista y un desarrollo autónomo.
La Teoría de la Dependencia seguía apoyándose en la posibilidad genérica del desarrollo, pero ese supuesto cayó por tierra al verificarse que ni la mayor potencia del bloque socialista, la ex Unión Soviética, pudo sobrevivir al margen de la economía mundial. Algunos autores de la dependencia hicieron después una autocrítica de esa teoría y empezaron a hablar del no-desarrollo.
Con el derrumbe del campo socialista, desapareció la confrontación ideológica entre los dos sistemas. En los hechos, los flujos de inversión internacional adquirieron el perfil descarnado de la simple búsqueda de maximización de las ganancias y la ayuda al desarrollo decreció sin remedio. No obstante, la terminología del desarrollo no desapareció, sirviendo ahora para sostener la tesis de que todo el orbe habría de seguir un único rumbo capitalista.

El modelo y sus orientaciones

La idea de dependencia económica sostiene que la producción y riqueza de algunos países se encuentra condicionada por el desarrollo y las condiciones coyunturales de otros países se encuentran vinculados. Según esta propuesta los distintos países se encuentran organizados en un modelo “centro-periferia” que describe la relación entre las economías centrales – autosuficientes – y las periféricas – asiladas entre sí, débiles y escasamente competitivas. Dependencia señala la estructura de una relación, en la que un polo domina al otro. La dependencia puede entenderse de manera dual o dialéctica. Esto da origen a un mundo dual, tanto entre países como al interior de cada uno de los países; y que permite diferenciar dos espacios los desarrollados y los sub- desarrollados. Cuestionan de esta manera el supuesto acerca de la división internacional del trabajo y la difusión de beneficios entre los distintos países. Para el marxismo la pobreza es una consecuencia necesaria de las relaciones de producción capitalistas; por ello, la marginalidad (concepto que surge para explicar las condiciones de vida de población urbana) debe analizarse incorporando la lógica de acumulación capitalista y su especificidad en América Latina.
En este marco se distinguen dos corrientes: - Una clásica, en la que se ubicaría Fernando Enrique Cardozo, que explica la marginalidad como población excedente y ejército industrial de reserva (funcional al modo de acumulación) en el contexto del desarrollo desigual.
- Otra, representada por Nun y Quijano, que señala que el capitalismo periférico (desigual), produciría sectores no funcionales denominados masa marginal o polo marginal, que no se insertan, como fuerza de trabajo, en los sectores más dinámicos de la economía ni tampoco en el ejercito industrial de reserva, y que constituye población sobrante. Esta línea será retomada en los últimos años a partir de una actualización del debate sobre pobreza, marginalidad etc. en relación al discurso sobre la exclusión social en Latinoamérica.

Supuestos meta-teóricos

Este modelo se sustenta en una interpretación del cambio histórico obedeciendo a ciclos innovadoramente recurrentes. Cada recurrencia empuja a la sociedad en una dirección específica: la novedad está imbricada en la repetición (pauta helicoidal). El materialismo histórico, mediante la aplicación de la dialéctica de Hegel como motor del desarrollo, propone el concepto de espiral ascendente de la historia.

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