Teoría sobre los seres distintos

Publicado el 24 febrero 2012 por Netomancia @netomancia
Por pereza, Ismael no lavó los platos por la noche, dejándolos para el otro día. El Ismael que se levantó por la mañana y vio lo que estaba pendiente por lavar insultó en voz alta al Ismael que había tomado esa decisión la noche anterior.
Andrea estuvo a punto de prepararse el bolso para salir temprano a la estación de ómnibus y volver a su pueblo. Sin embargo prefirió acostarse y hacerlo ni bien se levantara. La Andrea que se despertó aturdida por el radio reloj maldijo a la Andrea que prefirió descansar a armar los bolsos.
Nadie es el mismo al día siguiente. La mayoría de los recuerdos y sentimientos se conservan, el cuerpo y el carácter también, como así los planes y deberes, pero el que abre los ojos no es el que los cerró.
Esto nos lleva a afirmar que una persona en realidad son infinitas más que se suceden unas tras otras, apenas notándose diferencias entre sí y haciéndole creer este método al cerebro que se trata siempre del mismo ser. Pero esas diferencias, esas decisiones egoístas, nos permiten divisar las fisuras de esa realidad que a primera vista se nos escapa.
La sucesión de personas explicaría la degradación de la memoria, sería la razón por la que muchos recuerdos se van perdiendo en el camino. No siempre la persona de turno logra traspasar todo lo que tiene en la mente, quizá por dispersión o reticencia, o bien, por algún factor muy parecido al de la pereza, que es el más notorio en los ejemplos dados.
Se podrían explicar además las causas de los desamores, la pérdida de los afectos, los secretos revelados, los cambios de ánimo, de gustos, de infinidad de acciones humanas que hoy consideramos complejas o misteriosas.
El que narra estas líneas hoy no será el mismo que mañana las relea y quizá la corrija. Creerá en un primer momento que lo es, pero hilvanando las ideas que "otros yo" han ido pensando en días anteriores, caerá en la cuenta que no. Y por lo tanto, proseguirá con la idea de publicar este estudio.
Puede pasar también que ese "yo" de mañana o de pasado mañana, o de un futuro inmediato, decida que esta teoría no tiene pies ni cabeza y por lo tanto la elimine de la computadora. En ese caso, la efímera existencia en la que se apoyan estos movimientos de los dedos sobre el teclado, serán en vano. Cómo es en vano creer que somos la misma persona desde que nacemos hasta que morimos, cuando no lo somos.
Y por pura gracia y una cuota de egoísmo, tras escribir esto, me iré a dormir, que es lo mismo que dejar de existir, dejando para el yo de mañana la molesta tarea de sacar la basura a la calle. ¡Cómo me gustaría verle la cara!