El tercer día en Almería fue corto pues había que regresar a Madrid, comenzamos el día muy temprano para poder disfrutar de un rato de playa. A las 8 :15 ya estábamos bañándonos en las fresquitas aguas azules del mar Mediterráneo, no había nada mas que unas cuantas personas, lo cual era una gozada nadar, bucear con los peces, que veía a mi alrededor. Un precioso océano que no me cansaba de mirar, fue tan triste dejar esta belleza de la naturaleza tras mis pasos, que no podía evitar voltear y mirarlo una vez más.
A las 10:00 un rico desayuno para luego ir en busca de los regalos que nos recordara los tres fantásticos días que pase junto a Nieves en Agua Azul.
Como siempre me supo a poco, pues estoy enamora de la belleza que es el mar, me fascina oírlo y sentir como sus olas de espuma blanca, besan mis pies con tanta suavidad.
Ya en el coche miro por la venta con pena tener que alejarme de una belleza tan inmensa, quisiera quedarme con el mar toda la vida y amanecer cada día con el.
Seis horas de vuelta hacia Madrid se hicieron muy largas, estrésantes y cansadas.
Ya en Madrid miras las fotos y te entristece que lo bonito y bello dure siempre tan poco, pero ni modo así es la vida de los currantes.
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