Un mundo de promesas e ilusión ahí, al alcance de la mano quedó para siempre. Impreso en mi frente, circulando por mis venas, por el aire que respiro. Nada más de ahí en adelante necesité ni pedí o esperé...
Sólo tú y nada más, angustiosa quietud; violenta carencia que hurga en mis huesos y me hace temblar.
Sólo tú y nada más; pan abrigo y color, me has abierto las alas y hecho una jaula a mi alrededor.
Todo lo cambiaste en mí: soy tu obra, lo admito desde mis carencias y profundo desconcierto. En todo momento mis pensamientos están ligados a tí; te buscan mis pasos sintiéndome ausente y pase lo que pase, acabo...