Robert Rossen
"Prohibidas las apuestas" reza un cartel que hay sobre el mostrador donde se recogen las bolas de billar. Sin embargo, nadie está dispuesto a hacerle caso en este reino de la monotonía que es la ciudad de Pittsburg. Estamos hablando de los Pool-Shark , tiburones del billar.Se trata de jugadores que despluman a todos los demás porque son mejores, utilizan el taco con precisión y hacen bailar las bolas tan rápidamente que sus oponentes apenas lo pueden creer. Tienden trampas a sus ingenuos adversarios y suben las apuestas para hacerse con un buen botín en una sola partida. Eddie ªel relampago" Felson conoce todos los trucos, además juega con pasión y domina el juego como ninguno. Cuando ve una mesa de billar en cualquier lugar oscuro no puede resistirse. Pero su suerte en el juego sería también suerte en la vida si pudiera conseguir dos cosas : perder y dejarlo en el mejor momento. Eddie desafía a un genio que no conoce la derrota "Minesota fats"(Jackie Gleason) un virtuoso de taco algo corpulento pero de gran experiencia. Tras 25 horas seguidas jugando al billar, el Gordo a perdido18.000 y Eddie parece tenerlo todo bajo control. Los dos llevan una botella de whisky en el cuerpo y una larga noche a sus espaldas. No obstante, para Eddie la partida todavía no ha terminado, pues su intención es derrotar al Gordo con contundencia para demostrar quien es mejor. El gordo acaba por desprenderse del marchito clavel que lleva en la solapa, parece que lleva pegamento en lugarde gomina,. Pero Eddie se está sobrestimando."sigue jugando,es carne de cañón" murmura en el saloon Bert Gordon (G.C.Scott) el representante del "Gordo de Minnesotta", un hombre de turbia reputación permanentemente vestido de negro El gordo es un profesional y conoce sus límites. Tras 45 horas de juego intenso. arrebata al arrogante Eddie todo su dinero y le devuelve totalmente destrozado al infierno del que saliò, en compañia de su paternal amigo Charlie (Myron McCormick)
La primera gran partida contra el "gordo de minesota" ocupa practicamente la primera media hora de película. El director de fotografía, Eugen Shufftan, responsable de los efectos especiales en la METROPOLIS de Fritz Lang y el Director Robert Rossen rodaron esta parte en cinemascope. El resultado son unas embriagadoras imágnenes en blanco y negro. El dinamismos de la puestas en escena es engañoso. El ritmo de la trama se desvanece a medida que la partida avanza. Las impresionantes imágenes de la mesa de billar, las bolas que se deslizan y bailan a toda velo cidad antes de aparecer los agujeros, y los primeros planos de los rostros concentrados y agotado de los jugadores y los espectadores se suceden. La partida y los movimientos alrededor de la mesa se confunden para dar lugar a una especie de estado catatónico. Este esfuerzo en la mesa de montaje fueron recompensados con Oscar.Sobre el buen hacer de Shufftan, Time resaltaba: "El cámara Schufftan ha captado artísticamente lo que el actor Gleason hace llamar ·"El sucio aspecto antiséptico de las salas de billar; manchas en el suelo como vateres embozados, pero las mesas implacablemente cepilladas, como joyas verdes en el barro". El suspense de la primara gran partida, sin duda hará sudar las manos a alguien que haya empuñado un taco de billar.
Eddie tiene talento pero todavía no ha forjado su carácter, o al menos eso es lo que Bert trata de hacerle ver. Este enviado del diablo intenta ganar para su causa, pues tiene el dinero y la experiencia necesaria para hacer la revalida del joven jugador. El precio es alto. Bert no solo exige el 75% de los beneficios, sino también quiere su alma. Eddie jugara para Bert hasta colocarse en una situación letal de la que nuestro protagonista sólo podría salir tras perder al amor de su vida , pero habiendo madurado.
Newman convirtió a Eddie El relámpago en un grandioso personaje. Como jugador de billar nos recuerda a Billy el Niño; un chiquillo inmaduro e irritado que se ocultaba bajo un personaje arrogante, descarado con una agresividad latente y muy seguro de si mismo. Su obsesión por la revancha no le permite valorar el amor de Sarah (Piper Laurie), una mujer inteligente, moderna mucho mas emancipada que Eddie, superior desde de vista intelectual por encima de Eddie, sin embargo nadie reconoce sus virtudes... y pero solterona. Esta claro que Eddie no ha crecido emocional mente. Tuvieron que pasar 25 años para que Newman recibiera un oscar pr su caracterización de un Eddie canoso. Martin Scorsese recuperó tanto al personaje como al actor en El color del dinero (1986), como si fueran fantasmas cinematográfico de un tiempo pasado y de una eminente partida.... "Eh , he vuelto"