Tras la muerte de su marido, May (Anne Reid), una mujer madura que vive en las afueras de la ciudad, va a Londres a ver a su familia. Durante su estancia, se ve arrastrada por la ajetreada vida de sus hijos. En la gran ciudad, lejos de su hogar, May tiene la impresión de haberse convertido en una de esas mujeres invisibles para los demás y cuya vida ya está acabada. Pero, de repente, se enamora de Darren, un hombre al que le dobla la edad (Daniel Craig) y que se acuesta con su hija.
Anne Reid, actriz que descubrí en esta película borda un papel conflictivo, el de una madre que en la visita que hacen ella y su marido a sus dos hijos en Londres, queda viuda. Incapaz de volver sola a su casa decide quedarse en casa de sus hijos donde conoce a Darren, un amigo de su hijo que le está construyendo un invernadero y que es a la vez el pseudonovio de su hija.May, así se llama la madre, se siente atraída por Darren (un Daniel Craig mucho menos elegante que en James Bond pero con una correctísima actuación) quien a la vez descubre a May lo que puede ser empezar a vivir cuando la sociedad dicta que debes empezar a morir.
La película es arriesgada, y valiente. Quizás hasta pueda resultar incómoda, pero en cualquier caso, sincera.La hija es una persona insegura y con baja autoestima que culpa a su madre de la poca satisfacción que encuentra en su vida. El engaño de su madre con su novio hace que la tensión entre ellas se haga cada vez más insoportable.
UN 8,5.