Así empieza The Prisoner, la versión de 1967.
Ahora vuelve a imaginar. Un día te despiertas y te encuentras en medio del desierto. De pronto ves a un hombre mayor siendo perseguido por unos hombres que le disparan. Consigues llegar hasta él y te da un mensaje: "Dile que he escapado". Te marchas dejándole y llegas a una desconocida urbanización. Coges un taxi y le pides ir a la estación de tren. El taxista no te entiende y te dice que sólo hace servicios locales.
Así comienza The Prisoner, la versión de 2009.
Como podéis ver, los comienzos son bastante parecidos. Incluso en la nueva, Jim Caviezel, el protagonista, va a comprar un mapa que no muestra más allá de La Villa. Para terminar de compartir elementos, nos encontramos con que todos los ciudadanos son números y que están bajo el mando visible del Número Dos. Y aquí se acabaron los parecidos.

¿Qué es lo que quieren de mí?, pregunta el protagonista al principio de cada capítulo. Información, le responde el número 2 correspondiente. Y lo digo así porque en cada capítulo siempre nos encontramos con un nuevo Número Dos. No sabemos por qué los cambian, incluso a veces alguno vuelve a repetir, y en otras ocasiones, en algún capítulo nos encontramos con el cambio. Aunque da igual quién sea el que esté al mando en cada momento, en cada capítulo veremos los intentos de esta extraña organización para sonsacar la información del Número Seis, el protagonista.

Y por último, pero no por ello menos importante, otra gran diferencia son los aldeanos. En la versión clásica, éstos eran conscientes de su situación de encierro. Es decir, sabían quiénes eran, de dónde venían y por qué estaban allí. De hecho los Números Dos siempre le comentan al Seis algún ejemplo de "¿ves? ese tipo nos dio la información que buscábamos y ahora vive feliz aquí". Sin embargo en la nueva versión ésto no es así. Los aldeanos parecen haber sufrido una especie de lavado de cerebro y piensan que La Villa es lo único que existe, y que más allá del desierto, sólo hay más desierto. Un cambio muy original y que sirve para dotar a esta nueva versión de una identidad única, pero manteniendo la idea principal, el concepto de libertad del individuo.
Y es que en ambas versiones oiremos a Seis decir siempre lo mismo. I'm not a number! I'm a free man!
Así que tras haber visto las dos, recomiendo a todo el mundo que las vea, ambas, así se apreciarán mejor las virtudes que hacen únicas a estas dos series. Eso sí, paciencia con la clásica, sobre todo con el final, muy especial. Be seeing you!