La foto que veréis al final del texto está sacada de un anuncio de la Universidad de Deusto publicado en La Vanguardia el domingo 21/10 junto con el slogan “Los líderes de hoy se forman de otro modo”. No estoy de acuerdo porque por desgracia no es del todo cierto.
En mi opinión la formación que Deusto y las demás universidades y escuelas de negocios aportan a sus alumnos está entre intachable y excelente, quizás con alguna algo mediocre, pero desconozco si es que no insisten lo suficiente en cuestiones éticas o que las enseñanzas referidas a la moral, seriedad y ética son las primeras que se olvidan, pero la verdad es que hoy día los personajes que controlan y dirigen la mayor parte de grandes empresas multinacionales encajan perfectamente con el personaje de la foto, y el panorama no tiene visos de que vaya a cambiar.
Probablemente lo que ocurre es que el futuro director ejecutivo llega a la empresa de la forma en que salimos todos de la Universidad : con el lirio en la mano, pero en cuanto recibe las primeras hostias (podría haber dicho bofetadas pero no sería tan real y descriptivo) se da cuenta de cuál es el juego, y tira por la ventana todos los manuales y sus apuntes de ética, y como que ya sabe lo que quiere ser de mayor, ni tan solo se preocupa de que lo que tira aterrice en el contenedor de basura que hay justo bajo su ventana.
Estos escualos de cuello blanco e inmaculado son de largo los principales responsables de la peor crisis de nuestras vidas, y de que esta se perpetúe y profundice cada día más.
Unos grandes colaboradores en el proceso por el que alumnos aventajados y bien preparados para la buena gestión pública y privada acaban siendo agentes del lado oscuro de la fuerza son los head hunters, de los que por supuesto los hay honestos y buenos profesionales que se limitan a hacer bien su trabajo, pero buena parte de los más importantes hacen el juego al politiqueo de la cúpula de las grandes empresas en operaciones como colocar al candidato que la cúpula tenía decidido de antemano, en el centro de una atractiva cesta que incluye otros candidatos de alto nivel, para que oh¡¡ casualidad, la empresa se decida por el que ya sabía que le nombrarían para el puesto. El proceso es aparentemente intachable aunque en realidad sea un nombramiento a dedo, y requiere mucha finura y listeza por parte del head hunter porque a veces hay discrepancias sobre quién debe ser ese candidato decidido de antemano. Hace algo más de un año leí un artículo en The Economist que se refería a la tremenda influencia que algunos head hunters llegan a tener en el mundo de la empresa, muy por encima de lo que sería razonable, y aunque no mencionaba esta práctica si decía que su influencia se debe a que tienen muchos secretos que guardar.
Recientemente he visto una buena película que refleja bastante bien este tipo de personajes y sus maneras de actuar. Se trata de El Fraude (Arbitrage en versión original).