Revista Diario

Tierra baldía

Publicado el 13 junio 2014 por Dukespeaks

#nike Me acordé del buen MAUG: el dia que se compra sus tenis un asaltante le dice al fondo del camión: 1/2 pic.twitter.com/2q3eVKD21V

- Duke Speaks (@duke_speaks) junio 12, 2014

"Me gustan tus tenis". El amigo llegó descalzo a La Hacienda. ¡Y eran los años 90s! Ahora está mucho peor. #CrisisdeSeguridad #Mexico 2/2

- Duke Speaks (@duke_speaks) junio 12, 2014

Fui a Mister Tennis del Blvd. H. del 5 de mayo y me compré unos Nike de 1299.00 ¡Los había más caros, pero me queda el árbol y los 4800 de la titulación!. Por cierto, esta tarde, antes del diluvio (se metió el agua al ISSSTE y a Plaza Dorada: Cristina se aleja despacio de la costa del Pacífico mexicano pero genera rachas de 240 kph), empecé a machetear por el lado de adentro, lo que nunca, pues antes la cerca no tenía puerta. Me vine caminando al salir de la tienda y sobre 16 de septiembre vi a un tipo joven con la señora y un niño. Llevaba una de esas máquinas corta-maleza y lo abordé: "He tumbado varios árboles", me dijo, y nunca han pedido permiso. Quedamos que me habla el domingo o el lunes. Se llama Juan.
Por la tarde me encontré a César vestido con un mono azul marino que en la espalda decía Ayuntamiento de Puebla (ese uniforme sale en 400 y no lo compré, para ahorrar) sobre la * Sur y la ** Poniente. Estaban subiendo lo de unas plantas a una camionetita Datsun (¡lo que duran los coches en el altiplano!). Los "perros" ya los habían mordido dos veces, de a 100 cada vez. ¿Policías? "Agentes de tránsito". La pinche delincuencia organizada o la ubre del Sr. Gobernador (Moreno Valley).
Como sea, el frente luce limpio, a pesar de que está mordisqueado el pasto y queda en la banqueta, sobre la calle y las piedras (que voy sacando en costales) y piedrones (que dejaré estar, quizá convenga meter, son dos grandes). Encontré al afilador cuando pasó donde relleno mi garrafón de agua. Me recomendó la marca Bellota (Colombia) para el machete. Tengo un Trupper de 60 y me cobró 70 por desbastarlo y afilarlo. Eso sí, quedó muy bien. Y hubo confianza, pues lo dejé trabajando y regresé cuando silbó. Me asegura, y espero no se equivoque, que las culebras o serpientes de aquí no son venenosas, pues el clima no es tan caliente (como en Izúcar de Matamoros). Sólo hay que aguantar la mordedura, en el peor de los casos. Espero no haya necesidad. Tener cuidado: dándole junto a la barda me fui en banda y por nada me doy en un pie.



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