Concretamente a mí me pasó con una frase que había criticado más de una vez y que en la vida habría imaginado que yo pudiera pronunciar.
Nos pusimos a conversar y en un momento determinado mi cabeza debió hacer cortocircuito y de repente me vi a mi misma desde fuera, como si mi boca fuera por su cuenta y mi mente no pudiera controlarla, diciendo aquello de:
"¿Estás embarazada otra vez?"
Sí lo has adivinado. La respuesta fue NO. Noté como un calor abrasador subía por mi cuerpo hasta los pelos de la cabeza y en ese momento no sabía donde meterme. Amigas mías han sufrido en propias carnes ese comentario tan inapropiado y siempre he defendido que a mi jamás me pasaría eso porque ante la duda me callo.
"No, no estoy embarazada, solo estoy gorda"
En mi caso la mujer de mi amigo se limito a reír al ver mi apuro, mi cara como un tomate y mis disculpas sin fin. Pero el mal rato no me lo quitó nadie.