Estos días estuve pensando en cómo afrontar contarte mi creencia “poco adecuada”. El miedo es algo inherente a la vida. Hay miedos “malos” y otros ”buenos”. Los cuales te avisan para ser precavido. Los “malos” te ponen freno a la vida y te impiden o retrasan llegar a tu meta.
Os cuento algo mío. Mi madre se comportaba (No somos, nos comportamos. Es muy importante este matiz) de una forma muy miedosa y me transmitió miedos hacia mi integridad física si hacía actividades, digamos, de riesgo.
Riesgo puede ser subirse a una noria o cosas similares. Realmente cuando voy a un parque temático de atracciones voy de observador, de acompañante. Estuve un tiempo hace unos años intentando superarlo. Me monté en alguna cosa y me demostré que lo pasaba realmente mal. Una mezcla de miedo a la velocidad con sensación de malestar general. Jajaj, que no se resuelve con una aspirina. Me esforcé y di algunos pasos. Habrá que seguir insistiendo.
Bien, pero la buena noticia, viene ahora. Tengo una hija de 12 años y este verano estuvimos en Terra mítica. Ella no tiene miedo más allá de un poco más del razonable para tener cuidado. Íbamos con otra persona adulta y él se quería montar en una de esas atracciones que dan vueltas y te ponen patas arriba y cabeza abajo. Mi hija me pidió permiso y yo, de primeras, le iba a decir que no. Y, realmente apareció el recuerdo de mi madre y su miedo, la dije sí, hija mía, súbete y disfruta. Y subieron dos veces. Y me sentí muy bien por transmitirle disfrute y alegría para este tipo de actividades. Aunque ella sabe que yo no subo, se da cuenta que hago lo posible para no transmitirle ese miedo que mi mama impregno en mí.
Ya se que estoy transmitiendo a mi hija que puede disfrutar en un parque de atracciones y yo no monto en atracciones “moviditas”. Ella vio como puse de mi parte para superar ese “miedo” y como he avanzado algo. Me siento complacido de transmitirle y permitirle que disfrute de la velocidad, gasto de adrenalina que tienen esas atracciones. Quizá yo no llegue a tanto pero no transmitiré a mi hija una creencia de miedo, que sé, por experiencia propia, te limita y te puede hacer parecer casi aburrido, cuando para nada es así. Todo depende del prisma como mires cada situación. Y, tú tienes tu prisma y los demás tienen otro prisma.
El mapa no es el territorio. Recuerda siempre uno de los principios básicos de la PNL.
Bien, pero todo no es malo en las creencias. Son juicios automáticos. Están por debajo de la consciencia y no nos damos cuenta que están en marcha. Tienes que utilizarlas para tu para tu beneficio.
Las creencias pueden ser limitantes como te he explicado hasta ahora pero también son poderosas. Las limitantes obstaculizan la consecución del objetivo y hay que luchar contra ellas y cambiarlas por otras. Cuáles son estas otras…. Las poderosas.
Las creencias poderosas te facilitan llegar a tu objetivo.
En el siguiente artículo vas a descubrir cómo superar creencias limitantes.
¿Qué creencias limitantes y poderosas reconoces en ti?
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