Tips para mochileros

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Cada cual elige su destino y su equipaje. Quienes, en vez de valijas repletas, preferimos viajar más ligeros, optamos por una mochila o morral. La ventaja principal de la mochila es que uno la lleva en la espalda y anda todo el tiempo "manos libres". Esto nos permite desplegar un mapa, consumir bebidas y alimentos, leer un libro, tomar fotografías, sacar dinero del bolsillo (en los viajes siempre hay gastos, nunca ingresos) y, en algunos casos, protestar o insultar gestualmente a alguien. También facilita los traslados de un lugar a otro, pues andar por las calles empedradas de Roma arrastrando una maleta con rueditas no es precisamente una imagen feliz.
Si la mochila es grande, tendrá que facturarse como equipaje en los aviones, pues no habrá espacio para ella en los compartimientos de cabina, donde sólo se admite una mochila o una valija de mano por persona. Cada línea aérea tiene sus propios requisitos al respecto, pero la mayoría exige que las medidas del bolso, morral o maletín de mano no excedan de 55x40x25 cms. y el peso máximo de 10 Kgs. en clase económica o turista. Desde luego, en una mochila no es posible empacar todo lo que entra normalmente en una maleta, y esto es otra ventaja, porque tenemos la excusa perfecta para no aceptar encargos de parientes y amigos. Es recomendable elegir una mochila adecuada al cuerpo, puesto que debemos cargar con ella durante la mayor parte del tiempo, ya sea que caminemos o que corramos (no hay nada tan molesto como correr con la mochila a lo largo del andén en una estación de trenes para subir a tiempo al penúltimo vagón).
Lo que llevaremos en la mochila dependerá básicamente de tres factores: el itinerario, la duración del viaje y el clima.
Itinerario: Hay quienes se proponen visitar muchos sitios en pocos días, lo que se convierte en un maratón agotador y con escasas satisfacciones, especialmente si los "sitios" están en distintos países. Por buenos y rápidos que sean los medios de transporte, las distancias no se reducen, de modo que un itinerario que contemple más de 600 kms. entre una ciudad y otra es un viaje largo incluso en avión.
Duración: Si se quiere visitar tres o cuatro ciudades en un mismo país, un mínimo de diez días es un tiempo más o menos prudencial. Si el itinerario comprende tres o cuatro ciudades en distintos países (por ejemplo, Madrid, Roma, París y Berlín), conviene planificar para un mínimo de quince días y aún así será poco tiempo, pues casi todas las capitales europeas tienen muchos lugares de interés que vale la pena ver. Las dificultades son mayores si el destino se halla en América Latina, pues en esta parte del mundo las distancias son mucho más largas y los medios de transporte mucho menos eficientes (en algunos países latinoamericanos no hay trenes).
Clima: Este factor determina qué clase de indumentaria debemos llevar. El verano en Europa es tremendamente caluroso y el invierno incómodamente frío, así que las estaciones ideales son otoño y primavera. Sin embargo, las vacaciones suelen ser en verano, lo cual facilita las cosas porque la ropa ligera ocupa menos espacio y es más fácil de usar.
El calzado es, por otra parte, la pieza más importante de nuestro atuendo. Entre los botines de montaña, los zapatos deportivos y las sandalias, la elección es absolutamente personal, sólo hay que procurar la mayor comodidad para los pies.