Revista Literatura
Cada vez que la mira de reojo, ella siente empequeñecer; pero no le importa, en realidad, le encanta esa sensación.
Las palpitaciones ahogadas bajo respiraciones desacompasadas, hacen que pierda la coordinación.
"Acuerdáte de como se camina" se repite a sí misma.
Con cada abrazo el caos se hace más irremediable, el abismo parece acercarse y ya casi se puede oír el eco del vacío ante sus pies.
Y no habrá cielo que pueda salvarlos.
Pero por un instante, por una fracción minúscula de tiempo; cada beso, cada mirada, cada caricia, cada abrazo; hacen de esa condena algo que merece la pena.
Así que vuelve a mirarla como si fuera el último día de sus ojos, y ella se lo permite y juega con las yemas de sus dedos.
El tiempo corre tan veloz que ni ellos lo pudieron ver pasar.
Y la lucha de titanes con su terrible final cada vez se acerca un poco más.
Que así sea.