"Me ha dejado muy tocada", le confesé a Grego cuando nos acostamos. Había escuchado hablar de 30 años de oscuridad, el documental nominado a los Goya llevado a la gran pantalla por La Claqueta, la productora de los amigos de mi amigo Ismael, de los que yo sólo he visto los trabajos audiovisuales caseros de cuando eran estudiantes de Comunicación Audiovisual.
30 años de Oscuridad nos cogió por sorpresa. Yo hubiera elegido otro horario (más luminoso) y otro formato (una pantalla de cine) para disfrutarla, pero fue de noche, de madrugada, y se me clavó tanto que me acosté tocada, tocada de verdad. Pensando en el terror en el que vivieron tantas personas en nuestro país hace no tanto tiempo. Terror que nos llega más por libros o películas que por el testimonio directo de los que lo vivieron porque, en este país, todavía no sé bien por qué, hay cosas de las que no se habla en la mesa y, puede que por eso, encontrarlo así, de repente, en un documental como éste, me lastime todavía más.
La historia de estas otras víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo es la historia de hombres que, sin delitos de sangre, vivieron décadas escondidos de la Guardia Civil y de sus vecinos, en un hueco de su propia casa, con el miedo de que su pasado republicano pudiera causarles la muerte. Y mujeres, muchas mujeres, sus esposas, madres e hijas, que los escondieron y tuvieron que sacar adelante, solas, al resto de la familia y hasta procurarles a ellos su plato de comida y su protección. Un estado de terror para volverse locos, como de hecho se volvieron muchos de ellos. No fue el caso de Manuel Cortés, el topo de Mijas, protagonista de la cinta, al que Juan Diego presta voz y rostro, y que, tras 30 años escondido, pudo disfrutar de otros 22 de libertad.
Pero la noche ha dado lugar al día y, entre lo primero que me encuentro, esta entrevista a Almudena Grandes en La Ser con motivo de la reciente publicación de su último libro, El Lector de Julio Verne, que yo ya he disfrutado.
Dice la Grandes: " Debajo de nuestros pies hay una épica extraordinaria de héroes,de villanos, de historias de audacia, cobardía, generosidad y mezquindad que han permanecido enterradas durante todos estos años porque la Transición se hizo como se hizo y la memoria de la Resistencia no tuvo cabida en aquel momento en la versión oficial de este país". Completamente de acuerdo. Porque, escondidos, los hombres y mujeres de familias como las de Manuel Cortés o las de Juan y Manuel Hidalgo fueron auténticos héroes de la Resistencia, aunque en el documental algún entrevistado no les otorgue ese honor, ya que vivir escondido parece menos valiente que morir por los valores que defendieron. Y yo no estoy tan de acuerdo con eso. Habría que vivir treinta años sin ver la luz del sol, sin participar en la vida mundana, sin tener más contacto con el mundo exterior que un periódico o una radio para decir eso.