Si a veces te pones a recordar y llegas a la conclusión de que todas tus ex novias estaban zumbadas. Es más, te das cuenta de que todas se pasaban el día haciéndote los mismos reproches.
Si te desesperas porque a tu alrededor no tienes más que idiotas, incompetentes, gente cortita y poco interesante.
Si te desilusionas una y otra vez porque al final va a ser verdad eso de que todos los hombres son iguales y sólo te topas con cabrones o con tíos insulsos.
Si crees que ya no queda nadie con buen gusto musical, literario o cinematográfico.
Si te resulta casi imposible sentirte cómodo en ningún acto social.
Si últimamente todo el mundo te parece desagradable: en Instagram los hipsters con sus fotos estúpidas de gatos y cafés, en Facebook tus compañeros de curro con sus cadenas lerdas y memes chorra y en tu TL de Twitter te duelen las córneas y sientes ganas de cerrar todas tus cuentas en las redes sociales porque los demás te dan vergüenza ajena...
Pues oye, que digo yo que igual el problema no está en todo el mundo. Igual, eh.