Todo fue por un aniversario

Publicado el 02 febrero 2012 por Beatrizbeneitez
Beatriz Benéitez Burgada. SantanderEn el año 2002, la Asociación de Empresarios de Hostelería de Cantabria -en la que trabajé durante ocho años- cumplió su primer cuarto de siglo de vida. Se organizaron varias reuniones para ver de qué forma se podía celebrar el aniversario: una edición especial de la Feria del Pincho, un ciclo de conferencias, un concierto -de Hijas del Sol-, una fiesta popular con fuegos artificiales, una reunión de todas las personas que habían pertenecido a las sucesivas juntas directivas... y un viaje. Se nos ocurrió que podría organizarse un viaje en el que pudieran viajar hosteleros asociados y sus acompañantes. Cada uno pagaría lo suyo; nosotros negociaríamos un precio bueno y nos encargaríamos de los detalles de organización. La idea prendió, y el 21 y 22 de noviembre salieron dos grupos de cántabros hacia República Dominicana. Autobús a Madrid, vuelo a Santo Domingo y un nuevo autobús a Playa Bávaro. Fuimos 124 personas. Fue una paliza de viaje pero la experiencia fue tan buena, que ese fue el primero de muchos más. Apenas habíamos regresado a Santander cuando empezaron a llamar para decir que había que organizar otro al año siguiente. Por aclamación popular, repetimos. La experiencia nos sirvió y la siguiente edición mejoró considerablemente. Tanto, que fletamos un vuelo charter con 264 personas y volamos directamente de Santander a Cancún, donde pasamos 11 días. Vuelos directos desde Santander, excelentes hoteles, precios muy razonables, excursiones organizadas sólo para el grupo, un mostrador de atención exclusiva para los cántabros en destino y una cena de gala. Esas eran las claves del éxito de aquellos viajes, en los que casi siempre buscábamos destinos cálidos y tranquilos. Trato personalizado y mucho mimo en la organización. Es curioso porque, aunque fuéramos muchos, no nos veíamos en exceso. Cada grupo era bastante independiente y hacía ¨su vida¨. Mientras unos optaban por las excursiones organizadas, otros alquilaban coches o taxis locales para moverse por su cuenta. Había quien aprovechaba para conocer el entorno y quien optaba por no salir prácticamente del hotel. Cada uno vivía la experiencia como mejor le parecía, y el porcentaje de personas que repetía al año siguiente era muy alto. Los hosteleros se acostumbraron a reservar días para ¨el viaje¨, y en enero ya llamaban para preguntar ¨¿Dónde vamos este año?¨ Después de México vino Jamaica. Batimos un record sin precedentes en España. Fletamos dos aviones completos desde Santander a Negril. 504 personas en total, contando los ocho profesionales de la agencia que se desplazaban para atender durante el viaje y en destino a los hosteleros cántabros. Ese viaje fue impresionante. Recuerdo que a la vuelta, como cada año, se celebró la Gala anual de Empresarios de Hostelería, a la que asistieron más de mil personas. La decoración era jamaicana y trajimos al grupo que tocaba en el hotel para ambientar la cena. Un gran éxito. La siguiente primavera viajamos al sur de Inglaterra, después vino el viaje a Cuba, con ciclón incluído. Luego Túnez y de nuevo la socorrida República Dominicana. El año de Costa Rica y Nicaragua yo había cambiado ya de trabajo. Pero fui. Y el de Brasil no pude porque nacieron las peques. Luego se acabaron los viajes, porque casi todas las cosas tienen un principio y un final. Hay que saber entender cuando las cosas tocan a su fin, y los responsables de la organización así lo hicieron. Fueron años muy buenos. La experiencia de trabajar para los hosteleros cántabros fue, en general, estupenda. Conservo muchos amigos de aquella época y tengo un gran cariño a esa Organización, que durante mucho tiempo fue mi casa. Los viajes ayudaron mucho a hacer que las relaciones durante el resto del año fueran más cercanas -con nosotros y entre ellos-, y de ahí salieron otras muchas iniciativas que se llevaron a cabo. Porque en una asociación que está viva, son muchas las posibilidades. Me trataron muy bien allí. Trabajé muchísimo, y esa experiencia me sirvió para seguir andando profesionalmente. Les agradeceré siempre todo lo que aprendí. Y contaré más cosas de aquella época.