Los buitres ávidos se agolpan en la frontera de la avaricia.En el rictus de la desembocadura del hombre la saliva amarga del infierno amamanta a las bestias.
Amanece una estrella infame por occidente y a oriente crece una luna sembrada de odio.
Mientras, un baile de espejos en órbita envía falsos reflejos al mundo,y el mundo, sin conciencia, rota sobre su propio ombligo aquejado de narcisismo y obsesiva estética.
Todo para los buitres que se alimentan de la muerte.
Todo para los buitres
entronados en la cumbre de lo corrupto.