Revista Literatura

Todo vuelve

Publicado el 10 febrero 2020 por Lachicadelte
Siempre vuelve. De alguna manera, se las arregla para volver otra vez.
Su recuerdo, su imagen, todo aquello que viví esos meses. A veces creo que le veo por la calle, o incluso me sorprendo a mí misma escogiendo a alguien de su misma estatura y color de pelo e imaginándome cómo sería un reencuentro. ¿Me saludaría él o lo haría yo? ¿O simplemente intercambiaríamos miradas? ¿Nos preguntaríamos qué tal? O como ya pasó alguna vez... ¿pasaríamos de largo sin saludarnos... y sin mirarnos?
No he vuelto a comentar cómo acabó toda esta historia, pero la verdad es que nunca tuve claro si acabó. Como a todo en mi vida, le doy demasiadas oportunidades para volver. Él se fue a otra ciudad y yo procuré mantener algo de contacto simplemente por la amistad y cosas comunes que nos unieron. Pero no funcionó, no porque yo no lo intentara. Sin embargo, un año más tarde, antes de acabar el verano, él mismo se puso en contacto conmigo y parecía que todo podía volver de nuevo. Y decidí que no era el momento, (y sigue sin serlo, por otra parte). Me llegó incluso a confesar que yo era una persona especial, o una persona "de verdad"; un mensaje que me pareció demasiado desencriptado para venir de él. De hecho, casi me lo tomé a broma.
Sin venir a cuento, parecía que quería una proximidad conmigo. La verdad, escribo esto un año y medio más tarde y me siento un poco ridícula al respecto. ¿Por qué le guardo tanto cariño? No lo entiendo... No hablamos tanto, no compartió tantas cosas conmigo... Al menos eso recuerdo. ¿Por qué siempre vuelve? El caso es que también retornan de vez en cuando recuerdos de otras personas que salieron de mi vida, pero tan pronto como llegan, deseo que se vayan. No es como este: su recuerdo es dulce, cada vez que se aproxima me envuelve y yo me dejo abrazar por él, es suave y agradable... Es lo que lo hace peligroso.
En cuanto se va descarchando el invierno, ahí está de nuevo, el recuerdo de la persona que me descolocó todos los esquemas, que me hizo plantearme muchas cosas sobre mí misma y sobre mi vida hasta ese momento, ¿será por eso que le guardo ese cariño, porque quizá, sin el siquiera ser consciente, me hizo crecer como persona?
Seguro que él estará en este momento pensando en cosas muy diferentes, haciendo cosas muy diferentes, y yo me sigo cuestionando por qué de alguna manera sigo anclada en estos recuerdos sobre él. Cuanto más tiempo pasa, más riesgo corro de distorsionar lo que realmente ocurrió, de encumbrarle y darle demasiado poder a su recuerdo. 
Pero hay que reconocer que su presencia, su energía, tuvo un gran poder sobre mí. Fue así, y no lo puedo negar. O puede que en realidad fuera yo misma la que necesitaba romper con todo y emprender un camino diferente al que había seguido hasta ese momento, y que él fuera la chispa que hizo saltar todo por los aires. Cómo me gustaría comprender cada entresijo del pensamiento humano, saber qué nos lleva a sentir y pensar como lo hacemos, qué es verdad y qué no, etc. 
Cualquiera me diría que debo olvidar el tema, o conformarme con la idea de "pasar página", si así es como lo llaman. Lo cierto es que estoy segura de que la página está pasada, la quemadura ya ha cicatrizado (supongo), pero cada vez que algo la roza sigo sintiendo un poco de ese fuego. 
Todo vuelve, al menos en mi caso. Quizá lo que debo aceptar es que hay quemaduras que dejan marca para siempre.
¡Nos vemos en el próximo té!
Todo vuelve

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Lachicadelte ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas