Todos los actores escuchamos y pensamos frecuentemente que sólo un reducido porcentaje de artistas acaparan todo el trabajo en nuestro sector, y que al final todo se mueve en ese círculo. A veces sentimos que es una profesión injusta, porque solamente trabajan unos pocos, y en cierta parte es así.
Sin embargo, pensando de esta manera, lo único que conseguimos es autolimitarnos.
Nuestro subconsciente cree que no lo podemos conseguir porque somos personas normales y no tenemos “esa suerte”. Pero presuponer un futuro tan acotado es el primer paso para boicotear nuestras metas artísticas.
Para lograr lo que tanto ansiamos hemos de trabajar nuestra mentalidad. Y para ello, debemos empezar haciéndonos unas preguntas:
“¿Cómo llegaron esos actores a la cima de la industria? Y lo más importante, ¿en qué se diferencia nuestra historia con respecto a la suya, si ellos también empezaron como nosotros (es decir, desde cero)?”.
Para conseguir el éxito profesional, debemos deshacernos de todos nuestros pensamientos limitantes.
Desmontando mitos
Si opinamos que los actores más conocidos están ahí por un golpe de suerte, es en gran medida porque no conocemos su historia completa.
Al leer sus biografías en Internet, lo que nunca vemos reflejado es la cantidad de trabajo que les supuso que “alguien les descubriese”. Todo parece que fue por casualidad, pero rara vez es así. ¡En estos relatos nunca aparecen la cantidad de contactos que hicieron o el número de castings a los que asistieron!
Puede que pienses también que estos actores vienen de familias de artistas. Si bien es cierto que algunos han mamado el arte desde que nacieron y lo tuvieron más fácil, ese porcentaje es muy pequeño. La mayoría de actores a los que admiras no tuvieron esa suerte. De hecho, algunos incluso empezaron en peor situación que la tuya.
Por eso, hemos recopilado 6 biografías para ti, totalmente aleatorias, de cómo algunos actores muy reconocidos del panorama español forjaron su camino en nuestro sector. Un camino que podría ser el tuyo, si trabajas, te mueves y luchas para conseguirlo.
Más tarde analizaremos los puntos que tienen en común.
6 historias
Belén Rueda:
De madre profesora de ballet y padre ingeniero, se trasladó a Madrid para estudiar Arquitectura, carrera universitaria que dejó sin completar. A la vez que estudiaba, se buscaba la vida con diferentes trabajos. Por un lado, vendía pisos y, por otro, hacía de modelo. Uno de sus trabajos fue de azafata en Vip Noche, un programa de TV. Allí, logró destacar y acabó siendo copresentadora al cabo de los meses. Poco a poco, fue haciéndose su hueco en TV presentando otros programas. Después, empezó a participar en diversas series: en la primera, Médico de Familia, su personaje fue episódico, de varias semanas de duración. Más tarde, le darían papeles más relevantes en otras series. Tras unos años, cuando su carrera actriz estaba ya muy asentada, debutó en el cine de mano de Alejandro Amenábar, ganando un Goya a la mejor actriz revelación. Desde entonces, la vemos frecuentemente tanto en cine como en TV.
Luis Tosar:
En un taller de teatro del colegio supo que quería ser actor. Se matriculó en Historia, pero nunca se licenció porque prefirió viajar a Santiago de Compostela para trabajar en un teatro independiente. En sus comienzos hacía también numerosos cortometrajes hasta que una televisión autonómica le fichó para una serie rodada en gallego, Mareas Vivas, que resultó de gran éxito en toda Galicia. A la vez, empezaba su carrera en cine, donde le llegó al poco tiempo su nominación al Goya al mejor actor revelación por Flores de otro mundo, que no ganó. Sin embargo, gracias a esa nominación, ya iba siendo conocido en la industria cinematográfica. A partir de aquello, no paró de trabajar. Gracias a tener un perfil diferente y un gran talento, ha conseguido forjarse un puesto en nuestra industria que le ha llevado a ganar 3 Goyas y otros muchos premios a día de hoy.
Blanca Suárez:
Sus primeros pasos como actriz fueron de pequeña en una escuela de teatro, donde representaba diferentes obras. Años después, en la universidad, estudió Comunicación Audiovisual. Tras una de las pruebas de casting a las que acudía para trabajar como actriz, consiguió un papel para una serie de TV: El Internado, donde a medida que avanzaban las temporadas, su personaje iba adquiriendo más relevancia. Según se iba haciendo conocida, empezaba a conseguir papeles secundarios en distintas películas, compaginando su trabajo con la televisión. La actriz gustaba al público y trabajaba bien, de modo que, en su siguiente serie, El Barco, se uniría ya como protagonista. De ahí en adelante, siguió compaginando cine y televisión hasta el día de hoy, siendo nominada para un Goya como actriz revelación por La Piel que Habito, de Pedro Almodóvar, y ganando más tarde otros premios por su interpretación. Hoy por hoy, Blanca Suárez está más que asentada en el panorama español audiovisual.
Antonio Banderas:
Hijo de policía y profesora, siempre tuvo muy clara su vocación. Estudió Interpretación en Málaga y, en cuanto tuvo 18 años, se fue a Madrid a probar suerte. Se alojaba en el sofá de un conocido y no paró hasta que consiguió lo que tanto ansiaba. Tanto es así que, según dice, llegó a pasar hambre mientras intentaba encontrar su oportunidad. Él sabía que en la cafetería del teatro María Guerreo solían moverse los profesionales del sector. Decidido y a punto de dejarlo todo para volver a su Málaga natal, vio a Alicia Moreno en unas escaleras, donde le preguntó qué había que hacer para trabajar en el Instituto Nacional de las Artes Escénicas. Por si tenía suerte, le pasó su teléfono, y a los pocos días recibió una llamada para hacer una prueba. Ahí empezó su carrera. Comenzó en pequeños teatros hasta conseguir un papel para una de las películas de Pedro Almodóvar. Su interpretación gustó, y pronto empezó a hacer otras películas, creciendo y llegando a lo que es hoy: un actor, productor y director de prestigio con 3 premios honoríficos a sus espaldas por su gran trayectoria. Según sus propias palabras: “Si yo esa noche cuando me cruzo con Alicia Moreno en aquellas escaleras, yo no me vuelvo y sigo mi camino, yo no estaría hoy aquí. La vida tiene mucho de esas cosas.”. También tiene una gran visión empresarial, y entre sus últimos proyectos se encuentra la plataforma de talento Vibuk, donde ha entrado a formar parte como socio.
Inma Cuesta:
Su madre era ama de casa y su padre tapicero. Para pagar sus estudios, cosía bolsos con los retales de su padre y los vendía. Se licenció en Arte Dramático en Córdoba y completó su formación en Sevilla. Tras lograr una beca, se trasladó a Madrid, donde trabajaba como dependienta vendiendo ropa mientras seguía formándose, esta vez en Danza, y hacía pequeñas obras de teatro y anuncios de publicidad. En un casting, la eligieron para trabajar en Hoy No Me Puedo Levantar, un musical de gran éxito en la capital. Fue este trabajo el que hizo a la actriz mucho más reconocida que hasta entonces. Un año después, la contratarían para una telenovela en TV, Amar en tiempos revueltos, donde se hizo popular entre el público español. Desde entonces ha trabajado en otras series y películas, llegando a lograr, en pocos años, numerosas nominaciones y premios por su talento.
Raúl Arévalo:
Tras un curso de teatro siendo joven, decidió que quería ser actor. Empezó la carrera de Historia en la universidad, aunque la dejó después de un año para meterse en una reputada escuela de interpretación de Madrid. Tras un tiempo, también dejó sus clases para poder trabajar en la serie Compañeros, donde consiguió un papel. Raúl comenta que la primera escena que rodó le pareció complicadísima, por las tres cámaras que le filmaban. Durante años combinó trabajos temporales (en un videoclub, en Ikea o vendiendo zumos en supermercados) con cortometrajes, papeles episódicos en series de TV o teatro experimental. Todavía no conseguía grandes papeles, pero se seguía moviendo. Habiendo participado en la película Azul Oscuro Casi Negro, ganó el premio de la Unión de Actores al mejor actor revelación, algo que le abrió muchas puertas para trabajar en otras películas, que a su vez le valieron otras muchas nominaciones y premios. Él era consciente de que su trabajo podía ser pan para hoy y hambre para mañana, así que nunca se acomodó. Siguió moviéndose y haciendo contactos, y tras actuar en algunas películas más, debutó como director con Tarde para la Ira, que le valió un Goya como director novel y otro al mejor guion original. Otros profesionales del sector dicen que Raúl tiene mucha cultura cinéfila y mucha visión sobre la industria. Todo indica que su proyección artística seguirá en aumento durante los próximos años.
Lo que tienen todos en común
- Todos empezaron con los mismos sueños. Tenían clara su vocación y se entregaban al oficio con pasión.
- Todos empezaron perdidos. Encontraban sus pequeños trabajos y no les llegó su gran oportunidad hasta años después. (¡No desistieron!).
- Todos tomaron riesgos. Trasladarse de ciudad o meterse en círculos que desconocían por completo es algo que les diferencia del resto. No existe el camino fácil.
- Todos mostraron confianza en sí mismos. Si tenían inseguridades o miedos, los tuvieron que superar para ir haciéndose su hueco y trabajar.
- Todos se hicieron destacar. A pesar de empezar como uno más, supieron hacer ver a los productores que eran buenos en lo que hacían.
- Todos adoptaron una actitud proactiva. Nadie vino a buscarlos ni ellos se quedaron esperando. Ninguno de ellos participó en un proyecto sabiendo de antemano que era el que impulsaría su carrera. Se movieron y se movieron, encadenando un proyecto tras otro en la medida de sus posibilidades, hasta que lo consiguieron. Su gran oportunidad no les llegó por suerte; llegó a ellos porque, moviéndose y trabajando bien, en algún momento tendría que presentarse.
- Todos empezaron sin tener un público. Ninguno tenía en sus comienzos una legión de seguidores fieles o un club de fans, más que su familia o amigos que les apoyaban.
En resumen…
Todo actor pequeño puede hacerse grande si tiene claro lo que quiere y se esfuerza lo suficiente.
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