Revista Talentos

Todos somos CORNUDOS

Publicado el 16 julio 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por rociosalazarp desde Chile
Todos somos CORNUDOSDesde que me hice parte racional de este mundo –eso pasó a muy temprana edad, lamentablemente– veo sufrir al ser humano, hombres y mujeres por igual, cuando sienten la remota posibilidad de compartir a su pareja con otra persona. He visto operativos dignos de la Gestapo para saber si esto está pasando, y cuando lo comprueban, he visto entes destrozados sin ganas de vivir. Entonces me preguntaba: ¿para qué esa persona quiso saber aquella dura verdad?

Remontándome a mis relaciones pasadas, recuerdo con poca claridad el haber celado, pero me he encontrado con varias sorpresas a la hora de consultar. Al parecer era celosa, al parecer mostraba mis temores a viva voz a pesar de que siempre he pensado que no es muy productivo (ni sentir esos temores, ni mostrarlos), al parecer… no, esto sí recuerdo haberlo hecho… atravesé una época paranoica y puse uno que otro programa en mi computador para luego ver qué se había escrito desde mi teclado. MI teclado… eso parecía ser importante en ese momento, pero no recuerdo por qué… El tema es que perdí horas de mi vida leyendo desde los Win+E hasta los Alt+F4 de la interminable lista de caracteres creada por el susodicho y por mí, solamente para ver con qué “tono” se había escrito la conversación por chat. Finalmente, cada una de las veces en que recuerdo haber desconfiado de mi pareja, resulta que tenía razón (obvio, nadie me iba a sacar de esa verdad) y puse todo en su lugar antes de ser una cornuda. Más bien renuncié antes de enterarme con certeza de que me fueron infieles, porque si lo fueron, se agradece la deferencia de haberlo ocultado tan bien como para que la reina del hackeo no se enterara. Ahora reflexiono: ¿era necesaria tanta posesión?

Casi no creo en la monogamia. Ya me parece una utopía comparable con la virginidad de María. ¿Para qué creer en algo que es, a todas luces, imposible de sobrellevar? Claro que es difícil ser fiel, lo he vivido en carne propia, pero es tan difícil como no creer en la fidelidad. Más aún cuando socialmente te han criado con esa única opción como base de una pareja. Te bombardean con mensajes subliminales (algunos no tanto) sobre el cómo mantener una relación estable basada en esa trampa (¡qué trampa más posesiva!), y le suman toda una vaina sexual (pareja única) que nadie entiende muy bien habiendo condones, pero que todos compramos como texto guía de la vida para no hacernos cargo de una condición inherente.Fui infiel en la mayoría de mis relaciones estables y siguieron siendo igual de estables después de mis “tropiezos”. La verdad es que la mayoría de las relaciones sólidas que conozco han pasado por uno de estos episodios, por lo menos. Entonces, ¿no es más sensato despojarse un poquito del ego y tirarse a la piscina de la honestidad? A estas alturas creo que es más sano asumir que todos somos cornudos y vivir sonriendo porque respiras verdad… ¿Se podrá?


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