Ultimamente abundan las sospechas de partidos comprados, amaños, desconfianza... En Italia no existe duda. Son ya varios escandalos. Desde el calciopoli a este mismo verano en los que las listas de sospechosos crecen y crecen, afectando a jugadores, entrenadores, directivos... ¿Fútbol podrido? Quién sabe. Pero en ocasiones, sorprende, como esas estructuras sospechosamente corruptas son burladas por personas de a pie.
En España vimos como un señor que fotocopió varios títulos universitarios y llegó a Director de la Guardia Civil, amasó fortuna, se fugó y no llegó a devolver lo robado. En Gran Bretaña, autores de las mejores novelas de suspense, de atracos, de espionaje, de personajes del tallaje del mismísimo Sherlock Holmes o hacer perdurar un mito como el de un noble venido a menos, que se convierte en forajido y decide redistribuir la riqueza, robándosela a los ricos y entregándosela a los menos afortunados... En esas Islas, asistieron como un futbolista alcanzaba fama internacional ocultando su pasado familiar o sus "complementos" para desarrollar su carrera. Es el caso de Tony Cascarino.
Nombre que no pasará a la historia por grandes hazañas con el balón, pese a ser 88 veces internacional con la Republica de Irlanda. Disputando la Eurocopa de 1988 y los Mundiales del 90 y del 94. Pese a no ser un superclase llegó a militar en equipos punteros como Aston Villa, Chelsea o Celtic. Después daría el salto a Francia, y tampoco desentonaría en Marsella o Nancy, antes de colgar las botas con 38 años en el Red Star. Hasta ahí, una historia normal. El muchacho, pese a nacer en territorio inglés, acabó defendiendo los colores irlandeses. Algo no tan extraño (pregunten a Michael Robinson por ejemplo).
El caso es que detrás de esta meritoria carrera, se escondía un fullero, y quizá por ello si perdure su nombre. Cascarino nunca debió haber defendido los colores irlandeses, puesto que no tenía antepasados familiares en el país de los treboles. Su madre, no reconoció este hecho hasta 1996 cuando ya llevaba más de una década con la elástica verde. El mismo en su autobiografía dijo: "I didn't qualify for Ireland. I was a fraud. A fake Irishman". Pese a la indignación, los irlandeses no solo lo perdonaron, sino que agrandaron su figura. Un autentico genio capaz de burlar a la mismísima Federación y a la propia FIFA.
No fue el único engaño a lo largo de su vida... En el libro narraba que las infidelidades en su matrimonio eran una cosa habitual (posteriormente, e 2008 acabaría detenido por amenazar de muerte a su pareja, algo que restó gracia al personaje). Y fue aún más lejos. En esa biografía también confesaba que durante su etapa en el Olympique de Marsella, y por consejo de otro personake tan inocente como Bernard Tapie, que se les proporcionaba una sustancia para aumentar su rendimiento, y que el personal del club aseguraba que se trataba de un farmaco legal. El mismo y la mayoría de sus compañeros, aceptaron y en palabras del futbolista, veía mejorar su rendimiento.
Cascarino colgó las botas pero su personaje estaba en auge. Viendo su capacidad de engaño e inventiva, una salida natural fue dedicarse al poker de manera semiprofesional. Y eso lo compaginó con el salto a los medios de comunicación. The Times, TopSportRadio o Sky Sports... de donde fue despedido por comparar al jugador Armand Traoré con el holocausto... Aún así, el año pasado tuvo tiempo de participar en un reality sobre fútbol gaélico. Ganó. Aunque yo no me atrevería a apostar si lo hizo limpiamente... y es que en la vida de Cascarino, ya, todo resulta sospechoso. Hoy, seguramente mire el España-Irlanda y con una sonrisa medite sobre si de verdad somos el país de la picaresca, él con 2 mundiales a sus espaldas, 1 Eurocopa y 19 años de profesional...
Fotos: GillighamUnited y Pokershow