Toros y Política, todo queda entre cuernos.

Estos días hay un revuelo generalizado por un tema que nada tiene que ver con los temas de más candente actualidad por su interés: la economía, el paro o las muertes de los cinco jóvenes en Alemania y México. No, el tema estrella esta semana ha sido la prohibición de los toros en Cataluña.
Se ha hablado y escrito mucho sobre el tema, dependiendo de sí el autor está a favor o en contra, pero sobre todo se ha entrado en una dinámica estúpida de politizarlo todo, todo, no importa el origen lo único que interesa es sacar ‘tajada’ del hecho y vender o salir en las portadas (o fotos).
España se rompe porque Cataluña ha dicho no a los toros, al menos eso gritan algunos. Sin embargo nadie gritó lo mismo ni se vertieron ríos de tinta en los diarios o en los medios audiovisuales cuando otra comunidad, Canarias, hizo lo mismo. ¿Acaso esta comunidad no pertenece a España?
Como es lógico, a mi entender, si las comunidades tienen poder por si mismas para muchas cosas, es normal que también lo utilicen para aprobar o prohibir sobre cuestiones que a ellos les parezcan importantes y beneficien a sus habitantes (al menos así debería de ser, otra cosa sería si lo es o no). Y no estoy de acuerdo que eso conlleve una alerta sobre si el país se desmembra y desaparece o sí hay que unificarlo por cualquier medio.
En Madrid, comunidad que también pertenece al país, no se han seguido directrices nacionales: no se han puesto ordenadores en los colegios, no se daban ayudas a la dependencia con celeridad, no…, y nadie ha dicho que esta comunidad quiera estar fuera de España, ¿verdad?
Claro que los toros —incluido el de Osborne del vídeo del Sr. Rajoy— parece ser un tema mucho más español e importante que la Ley de la Dependencia o la Educación, desde luego hay opiniones para todo. En concreto para mí, es una estupidez.
No estoy a favor de los toros ni nunca lo he estado y nunca he ido a ver una corrida de toros, claro que nunca pensé en solicitar su prohibición por ello. ¿Maltrato a los animales? Sí, es cierto, pero también lo es que hay otras fiestas que se podrían incluir, no sólo esta. Además, aunque suene a demagogia, todos los días abandonamos perros, gatos y otras mascotas porque nos estorban (eso cuando no son maltratadas de forma brutal); y matamos otros muchos animales para después degustarlos sentados ante una mesa con alevosía y premeditación y, ¿alguien pide que lo prohíban? Eso sí, para matarlos no llenamos una plaza de gente, ni lo publicitamos, ni convertimos a los ‘matadores’ en artistas, simplemente lo vemos tan normal que nos importa un carajo.
Al final, esto sólo me parece una forma de hablar de algo, incluir a todo el país y volver de nuevo a buscar un motivo para enfrentar a la gente. Después de meditarlo un poco es fácil llegar a la conclusión de que a alguien le interesa dar la imagen de una España dividida y enfrentada para su propio beneficio, si bien nos quieren hacer creer que ese beneficio es para todos.
En resumen, estoy harta de la clase política —aquí incluyo a todos los partidos políticos, ¡todos!— de este país que utiliza las cosas en su propio beneficio y le trae sin cuidado para qué están ahí, ni por qué fueron votados en su momento, y nos engañan sin vergüenza. Puede que por eso, los ‘cuernos’ sean el tema principal.