Os sorprenderá si os digo que en mi casa materna nunca se cocinaron calabacines? pues efectivamente, dentro de los alimentos que la matriarca ignoraba por completo estaban estos vegetales.
Ya he comentado en alguna ocasión, que mi madre no es una gran cocinera. Todo lo que no le gustaba o que no había probado nunca, quedaba fuera de su lista de la compra. Así puerros, calabacines, berenjenas, alcachofas, acelgas, espinacas y alguna más que se me olvida ahora mismo, no formaron parte de mi alimentación hasta que yo tomé las riendas de la cocina.
Uno de mis clásicos en la utilización de los calabacines además de la tortilla y el pisto, son estas tortitas que hoy os traigo. Las he complementado con un queso rallado que las hace mucho más consistentes y si cabe, más apetitosas.
Además, las he acompañado con una salsa de pimientos asados que le va que ni pintada..
TORTITAS DE CALABACÍN Y QUESO
Ingrs.para 12 unidades
2 calabacines2 pimientos rojos asados2 dientes de ajo2 cucharadas de cebolla frita crujiente Santa Rita2 huevos enteros3-4 cucharadas soperas de harina120 ml. de nata espesa100 grs. de queso rallado semicurado Mahón-Menorcasal y pimientaaceite para freír
Antes de nada, con un rallador grueso, rallamos los calabacines y los ponemos con una pizca de sal en un escurridor. Soltará bastante agua, así que dejadlo unas horas o incluso de víspera.
Rallamos también el queso.
Preparamos la salsa de pimientos;En este caso yo tenía pimientos morrones asados y congelados, así que los descongelé previamente. Podéis utilizar pimiento morrón de lata o pimientos del piquillo, según dispongáis de uno o de otro.
En un cazo, puse 1 cucharada de aceite de oliva y doré los ajos en rodajas. Añadí los pimientos (junto con el jugo de conservación) y las dos cucharadas de cebolla frita. Nunca se me había ocurrido utilizar esta cebolla de esta manera, pero os lo recomiendo cuando llevéis prisa o no tengáis cebolla fresca a mano.
Revolvemos bien y dejamos cocinar unos minutos. Pasamos todo por la batidora y rectificamos de sal.
En un bol, batimos los huevos, añadimos la nata, sal y pimienta.
Agregamos la harina y con unas varillas revolvemos bien hasta que no queden grumos. Para saber si está bien de densidad, metemos una cuchara y levantamos.
Si la base de la cuchara queda bien cubierta y la pasta se desliza lentamente, está lista. Añadiremos más harina o más nata según esté más o menos espesa.
Los calabacines rallados los escurrimos bien con las manos e incluso podemos secarlos con papel absorbente. Añadimos a la mezcla batida.
A continuación añadimos el queso rallado y con una cuchara revolvemos bien para que quede todo repartido.
Ponemos una sartén al fuego con abundante aceite. Una vez esté caliente, pero no humeando, ponemos porciones del compuesto y con el dorso de la cuchara aplastamos un poco.
Dejamos que se doren por un lado y les damos la vuelta para que se cocinen por el otro. Una vez bien doraditos y crujientes, los ponemos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Servimos las tortitas con la salsa de pimientos como acompañamiento.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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