
En la piel blancauna nítida sombra rojadesangra el hastío.En la espalda llevo el sellodel puñalanclado en la palabraen la boca absurda que pronuncia tu nombreen embestidasde silencios.Ya no duelen de tanto dolerlas horasni la tierradespojada, ardiendoen la garganta desgarrada de vino y de miseriadesolada,de golpes y estocadasde bocas que silentesmutilan toda magiaarrasadasestérilescomo mi voz roncaque de tanto gritar,ya asolada, calla. Fotografía, Nanoo G.
