La propuesta de este grupo no es en absoluto ningún experimento, nos ofrecen Rock instrumental basado en las guitarras y con mucha fuerza. Lo mejor es que estos instrumentos no se dedican a discutir para ser el más destacado, sino que exponen sus argumentos con orden y se apoyan el uno al otro, dando como resultado un sonido compacto y agradable. Bajo y batería se unen a la conversación, no como espectadores, sino como parte fundamental. Ambos consiguen que las ideas se conviertan en un todo y marcan las diferencias entre todos los estados por los que pasa esta hipnótica exposición, desde los momentos más calmados hasta los más intensos. Buena muestra de ello es esta canción, "Magreb".
El álbum está compuesto de siete canciones, de duraciones muy diferentes, entre apenas dos minutos o más de diez. Pero sin duda alguna podría estar formado por una sola, gracias a la maravillosa continuidad que existe entre los temas. Todo suena heterogéneo, desde las melodías más étnicas de "Tchod" hasta los arreglos para cello de "Bizancio / Byzantium", pasando por las percusiones de "Völand" o las guitarras distorsionadas de "Zanzíbar", uno de los momentos más agresivos de todo el disco.