Hoy es de esos días en que necesito escribir para desfogar, y antes de nada voy a avisar de algo: yo, cuando me desahogo, tiendo (por suerte o por desgracia) al sarcasmo, de modo que así -desde la ironía- espero sea entendida esta entrada.
En estos últimos tiempos de mi peregrinaje como escritora, ha querido el destino obsequiarme con variadas ofertas de trabajo: unas, de tipo benéfico y por consiguiente no remuneradas, iban a ayudar sin duda en mi promoción como literata. Otras, más lucrativas (para quien las proponía), tampoco aumentarían el saldo de mi cuenta corriente, pero -eso sí- mi currículo se enriquecería (por si aún no lo había hecho lo suficiente), al formar parte de un elenco envidiable de autores. Fui aceptando todas y cada una de estas generosas propuestas, aun a sabiendas de que mi reputación como pardilla (no sé si como algo más) era lo único que crecía realmente a mi alrededor. Cuando llegó el momento de cumplir con mi edad y aprender a decir “NO”, cuando ya creí que no había nada peor que trabajar gratis (en casa y en mi oficio), el destino volvió a sorprenderme: ya no tendría que emplear el tiempo que resto a mi familia, amigos, y otras actividades para escribir de balde, no… ¡Ahora trabajaría pagando! Sí, sí… ¡Pagaría por escribir!
Os dejo al final de este berrinche, por si fuera difícil de creer, la última “oferta de trabajo” recibida esta misma mañana. Omito los datos de la editorial para no publicitar gratuitamente a quien quiere hacer eso mismo conmigo, a cambio de 90.- euros, y encima se olvida incluso de personalizar el envío (igual trata de vosotros que de tú) en un detalle de suma elegancia…
Y alguno me dirá: “¿Pero quién te crees tú que eres? ¿Belén…?” y tendré que responder que, efectivamente (y gracias al cielo), no soy ella, no veo Sálvame, no monto escándalos y me resisto a escribir libros polémicos, aunque podría hacerlo si quisiera. Que aún antepongo la discreción y la elegancia al euro. El buen gusto y el respeto a los que quiero a la nómina. La credibilidad a la hipocresía. La seriedad a la frescura del monigote. Ayer mismo publiqué en mi red social una foto (la que incluyo) que mostraba mi actual estado de ánimo. No pretendo ser una “tristeresante” como tantas, solo soy sincera conmigo misma y los demás, y esta es la expresión y el sentimiento que más tiempo me invaden. Y no, no es a causa de ningún desengaño, desilusión romántica, decepción personal o vete tú a saber qué…
La prueba de que me niego a ejercer de víctima, es que he presentado mi manuscrito de ciencia-ficción a un importante Premio Literario. Aún espero su acuse de recibo para saber si se confirma mi participación o no. Así es la vida de un escritor nada importante (como hace poco me recordaron): una especie de carrera de fondo despreciada, ninguneada, vapuleada y ridiculizada por quien no es capaz de redactar una frase sin incluir varias faltas de ortografía.
¿Pero quién me habré creído yo…?
P.S.: Última “oferta” recibida:
“Hola:
Os escribo porque en ….. estamos preparando una antología de relatos de temática VOYEUR.
Tenemos el libro casi cerrado, pero estamos buscando algunos autores nuevos, y sobre todo autoras, que en literatura erótica es más complejo.
Si pudiera interesarte participar con un relato, estas son las condiciones.
Relatos sobre el tema VOYEUR. (Chicas-mujeres exhibicionistas, hombres que disfrutan mirando, chicos exhibicionistas, mujeres que disfrutan mirando)
Extensión máxima del relato9.000 caracteres contando letras y espacios.
Cada autor participante recibe 10 libros por 90 euros.
No se publica por pagar; se seleccionan los mejores textos y se les publica por calidad; eso sí, los autores participantes recibirán esos ejemplares del libro por la cantidad citada.
Por un lado se trata de escribir y pasarlo bien, por otro de publicar, aumentar la biografía de cada autor y su repertorio publicado. Y por otro lado, ver si podemos aprovechar que vamos a sacar varios libros eróticos muy buenos en ……. para lanzar a los autores. Y descubrir nuevos autores.
¿Cuento contigo?
Piénsalo. El erotismo puede ser elegante, poético, intimista… y muy literario. Sobre todo el Voyeur. Si quieres participar, envíanos tu relato en Word y una pequeña biografía, con nombre y apellidos o seudónimo de publicación, ciudad de nacimiento y año, y tu actividad literaria o cultura. Y si aún no tienes curriculum, no pasa nada. Poco a poco se va haciendo.
Gracias. Espero que te animes. Si quieres, envía tu correo con el título VOYEUR y el contenido solicitado.
Si consideras que no te interesa la propuesta, o las condiciones en que lo hacemos, perdón por la molestia. No pretendemos incomodar, sino encontrar nuevos/as autores/as con los que colaborar. Gracias por la comprensión.”