A veces no tengo ganas de trabajar. A veces tengo ganas pero estoy muy cansada. Afortunadamente, he aprendido a trabajar sin ganas o muy cansada; pero la verdad es que casi siempre me resisto, mucho; solo trabajo sin ganas o muy cansada cuando es realmente impostergable. Cada vez que estoy en esa situación -de tener que trabajar sin ganas o muy cansada (sobre todo, sin ganas)-, me entran muchas ganas de ocuparme de los proyectos que realmente me emocionan.
Mi vida es un poco hacer malabares con la ecuación actividades/tiempo.
Silvia Parque