Publicado el 26 octubre 2013 por Pau Millan
@paurmillan
¿Estás alcanzando tus objetivos en el calendario? ¿Estás satisfecho con el desempeño de tu trabajo? ¿Intentas producir más y no sabes cómo? ¿No te queda tiempo para nada?
A veces, cuando pretendemos alcanzar un objetivo, nos preguntamos qué más podemos hacer para llegar ahí, qué más recursos podemos invertir en esa empresa, negocio, proyecto, meta personal, etc.
En una situación como esta, nos puede ayudar cambiar el punto de vista: en lugar de pensar en qué más podemos hacer, planteémonos qué podemos hacer mejor.
Quizás no necesitas invertir más tiempo en ese proyecto. En lugar de ello, considera la posibilidad de cambiar algo, es decir, de hacer algo differente, algo que suponga un cambio. Es posible que incluso consideres la posiblidad de invertir MENOS tiempo en aquello que tienes entre manos y hacerlo más efficientemente. Esto es, gastando MEJOR tus horas de trabajo.
Ayuda a reflexionar sobre esto el llamado “principio de Pareto”, que fue enunciado por primera vez por Wilfredo Pareto. Es también conocido como el “principio del 80-20″, y tiene aplicación en una variada cantidad de campos, desde aspectos de la vida cotidiana hasta macroeconomía, pasando por la organización industrial.
Este principio, aplicado a la gestión del tiempo y la productividad, apunta a que el 80% de nuestro trabajo lo realizamos en el 20% de nuestro tiempo. Es decir, que la mayor parte de nuestra productividad la hacemos en la quinta parte de nuestro tiempo.
Piensa en cómo utilizas el tiempo que dedicas a ese trabajo, ese negocio, ese proyecto que quieres mejorar. ¿Estás usándolo eficientemente? Piensa también: ¿Cuál de las horas que le dedicas es la más productiva?
Y ahora piensa qué pasaría si cambiases tu plan diario de trabajo y enfocases tus mejores energías en las horas de trabajo en las que eres más productivo.
Podrías llegar a realizar tu trabajo en menos tiempo, e incluso, a poder eliminar ese tiempo de dedicación menos productivo, que, dedicado a otro aspecto diferente de tu vida, sería más productivo.
De esa forma llegarías a trabajar proporcionalmente menos (con un menor uso del tiempo), trabajarías más inteligentemente y podrías llegar a producir más, y producir mejor.