Trabajar para una ONG en India

Publicado el 11 octubre 2013 por Historias De La India @HistoriasIndia

e llamo Belén, tengo 34 años y soy de Barcelona, España. Nací y crecí en Barcelona, junto a mis padres y mis dos hermanos. Allí estudié y empecé mi carrera profesional. Sólo abandoné mi ciudad, cuando tenía 24 años, para vivir un año en Irlanda trabajando en una tienda y aprendiendo inglés. Mi profesión se ha desarrollado siempre en el ámbito de los Recursos Humanos en grandes multinacionales. Los últimos 7 años estuve trabajando para un gran banco, pero el año pasado tomé una decisión importante: dejé mi trabajo y mi ciudad natal para embarcarme en la aventura de un voluntariado en India.

¿Qué te motivó  trabajar para una ONG en India?

Muchas veces me han hecho esta pregunta y, la verdad, siempre me ha costado responderla. Supongo que llevaba una vida “convencional”, con mis amigos, mi piso, mi trabajo y mi pasión por los viajes, pero yo quería hacer algo más, algo especial, poner mi granito de arena en hacer de éste un mundo mejor. Hace poco leí un artículo sobre una señora de Estados Unidos que dejó su trabajo de funcionaria para viajar por el mundo. Decía que después de tantos años se sentía como un donut, vacía por dentro. Me gustó esta definición y creo que puedo aplicarla a mí misma.

Pero no fue un cambio radical, sino una evolución. Durante los últimos años, cada vez me entusiasmaba más viajar a lugares exóticos, lo más diferentes posible a Europa o el mundo occidental. Esto hizo que poco a poco mi vida cambiara y me fui interesando por otras culturas, religiones, formas de vida tan distintas. Al final me pasaba casi todo el año ahorrando y preparando un viaje en el que agotaba todas las vacaciones del año. Y así pasaron varios años, sintiendo que mi vida en Barcelona no era la real, sino una forma de “stand by” esperando mi viaje soñado durante todo el año, que luego pasaba demasiado rápido. Creo que por la búsqueda de ese “algo más”, empecé a colaborar como voluntaria con una ONG. Siempre me había llamado la atención el mundo de las ONG, el voluntariado, pero nunca me había lanzado a probarlo. Cuando conocí la Fundación Soñar Despierto decidí que era mi momento de probar suerte. Resultó todo un éxito que se alargó durante 4 años y que sólo he dejado “en suspense” mientras no resido en Barcelona de forma permanente. Nuevamente viví una evolución y mis horas de voluntaria con niños en riesgo de exclusión social llenaban mi corazón de una ilusión muy especial. En este contexto viajé por primera vez a India. No puedo decir que fuera amor a primera vista, pero sí que fue un país que me impresionó y me enseñó algunas lecciones. Después llegaría mi segundo viaje a India, y con él la primera vez que me plantee mudarme allí por un tiempo, viviendo y trabajando en una ONG. ¡Y así empezó mi aventura que dura hasta hoy!

¿Como es el proceso para ingresar a una ONG?

Sobre las ONG y el voluntariado, no hay una norma establecida, así que en realidad depende de como cada ONG lo gestiona. El proceso puede ser desde muy simple hasta muy complicado, y desde muy barato hasta muy caro. Es cierto que muchas ONG cobran a los voluntarios. Algunas cobran cantidades “razonables”, que normalmente corresponden a los gastos de alojamiento y comida del voluntario, ya que organizaciones pequeñas no pueden permitirse cubrir esos gastos. Pero otras organizaciones piden cantidades exageradamente altas, especialmente si tenemos en cuenta el coste de vida en el país de destino. En Nepal llegué a ver una ONG que pedía 800 euros por un mes colaborando como voluntario en su organización.

Yo colaboré con Seva Mandir, una ONG india con muy buena reputación, que lleva más de 40 años trabajando en las zonas rurales de Udaipur, en Rajasthan. Me llamó la atención que fuera una ONG india y que estuviera en Udaipur, que era una ciudad que yo ya conocía pues está en la mayoría de las rutas turísticas del norte de India. El proceso para colaborar con ellos empezó completando un formulario on-line, enviar mi CV y varias cartas de referencias. Una vez me aceptaron, me ayudaron con el visado y me ofrecieron quedarme en uno de los pisos que tienen destinados para los voluntarios.

¿Que tipo de profesion debe tener una persona para trabajar como voluntaria en una ONG? (Es necesario tener una profesion?)

Esto es muy interesante porque cuando me decidí por el voluntariado en India y empecé a buscar ONG para colaborar, me vine un poco abajo al ver que en muchos casos pedían profesiones específicas como médicos, enfermeros, arquitectos, ingenieros, etc… Y tiene sentido, pues seguramente son algunas de las profesiones en las que se puede ser más útil, y se puede colaborar más directamente. Y allí empecé a pensar que mi profesión y conocimientos, que están básicamente ligados al mundo de la empresa, iban a ser completamente inútiles en India y no sabía en qué podría ayudar. A pesar de eso me lancé a la aventura, y ahora me alegro. Aprendí que siempre hay algo que puedes aportar. A veces son cosas grandes, que implican grandes cambios y mejoras, y a veces son simples granitos de arena. Yo acabé aplicando mis conocimientos en Recursos Humanos en varios proyectos, e incluso impartí un curso sobre un uso más eficiente de Outlook ¡qué fue todo un éxito!

¿Qué inversion hay que hacer al trabajar como voluntario? (En tu caso cuanto invertiste?)

La inversión que se haga depende de la ONG en concreto con  la que colabores. En mi caso tuve que pagar el vuelo Barcelona-Delhi y los costes del visado, y una vez en India, como la ONG cubría mi alojamiento, yo sólo pagué mis gastos diarios de comida, transporte, ropa, etc. que en India son muy bajos.

¿Porqué India?

Fue un proceso de eliminación, creo. Las opciones más habituales para hacer voluntariado son Sudamérica, África y Asia. Yo acababa de descubrir Asia y me tenía fascinada, e India es un destino muy fácil para hacer voluntariado. Se está haciendo popular, hay muchas opciones y el camino está bastante marcado. ¡Incluso hay un tipo específico de visado para trabajar con ONG! Era un país que ya conocía y sabía qué me podía encontrar allí, y esto para mí era importante.

¿Que te impacto al llegar a India? ¿Sufriste de shock cultural?

El impacto grande lo sufrí en mi primer viaje a India. Durante los 3 primeros días sólo pensaba en volver a casa y no paraba de repetirme por qué había decidido viajar a allí. Es gracioso recordar esto cuando he viajado varias veces más a India, he aprendido grandes cosas y he conocido a personas increíbles. En ese primer viaje me di cuenta de que India era muy diferente a ningún otro lugar que hubiera visitado antes, muy intenso (¡es Incredible India!) pero que no hay que luchar o revelarse ante ella, sino fluir y dejarse llevar. En el momento en que me relajé y asumí que ese lugar era diferente y tenía unas normas diferentes a las que yo estaba acostumbrada, todo empezó a fluir y la experiencia mejoró mucho.

Tomando en cuenta el revuelo actual sobre las noticias de abuso sexual en el pais ¿en algun momento te sentiste amenazada?

Precisamente cuando sucedió la violación de la chica en el autobús en Delhi, yo estaba trabajando en Udaipur y os puedo asegurar que causó un gran impacto. Desde luego fue algo terrible, pero creo que ayudó a que algunas personas tomaran conciencia de la situación de la mujer en India.

Por desgracia, como suele suceder, cuando el impacto por lo sucedido pasa, la vida vuelve a la normalidad y se deja de hablar de estas cosas. La situación no ha cambiado mucho. Aunque ahora se hable más en los medios internacionales (cosa que no deja de asustar y preocupar a mi familia) no hay más ni menos actos violentos contra la mujer de los que había antes.

Durante mis meses allí, e incluso durante mis viajes anteriores, nunca me vi en ninguna situación de peligro extrema, pero si me he sentido muy incómoda en muchas situaciones. La zona de Rajasthan, donde yo estaba, es bastante tradicional y la mujer tiene todavía un rol más bien privado. Suele estar en casa, se encarga de la familia, de los niños, etc. y pocas veces participa en la vida pública. Esto hacia que en la mayoría de las ocasiones, yo fuera la única mujer en el autobús, en el vagón del tren, en el supermercado, en la tienda de móviles, en la farmacia… Por esto tenia sensación de inseguridad muchas veces, pues sabes que llamas mucho la atención, y más siendo extranjera. Una de las situaciones más incómodas y bizarras era ir a comprar cervezas a la licorería. Ahí podía notar como claramente me estaba metiendo en un mundo sólo de hombres donde todos me miraban con cara de asombro. Siempre intentaba que alguno de los chicos fuera a comprarlas, o al menos ir acompañada de alguna de mis compañeras de piso para no ir sola.

¿Piensas que ser mujer en India es una desventaja?

No me atrevería a decir que es una desventaja, pero desde luego es una situación muy diferente a la que podemos vivir en otros países.

En general creo que eso depende mucho de la familia y la zona donde se haya nacido.  Una mujer nacida en el seno de una familia con posibilidades económicas y que vive en una de las grandes ciudades como Delhi o Mumbai, se puede equiparar a una chica occidental. Pero una mujer que viva en una de las zonas rurales de India, tendrá un rol muy diferente y va a ser muy difícil que rompa ese rol.

Algo que nunca dejó de asombrarme y que creo que puede servir como ejemplo, es la cantidad de formas distintas en las que se puede saber a simple vista que una mujer está casada. La mujer casada puede llevar una línea roja pintada en el pelo, el bindi (punto rojo en la frente) grande y redondo, un cordón negro alrededor del cuello, llevar sari, llevar pulseras en los tobillos o anillos en los pies. ¿Sabéis cómo se puede saber si un hombre está casado a simple vista? ¡De ninguna forma!

Cuéntanos tu experiencia en la ONG donde trabajaste

¡La experiencia fue fantástica! Han sido seguramente los 4 meses más intensos de mi vida. La diferencia de “hacer turismo” a “vivir” en India es abismal. He aprendido tantas cosas que de otra forma no creo que hubiera podido ver, he conocido a gente muy interesante, he aprendido mucho sobre mí misma y sobre lo que es trabajar en un país tan diferente al mío.

Creo que la anécdota más graciosa fue a mi llegada. Yo llegaba con los nervios y la incertidumbre del que no sabe muy bien a dónde está yendo. La llegada fue un poco caótica a los ojos de una occidental, aunque fue la primera lección de cómo iban a ser las cosas en los siguientes 4 meses… Cuando por fin completé todo el papeleo, el registro en la policía, etc., la coordinadora me comentó que les había interesado mucho mi CV al ver que tenía experiencia en el campo de los Recursos Humanos y que necesitarían que ayudase al Departamento de Recursos Humanos. Fue todo un shock para mí, que lo último que me imaginaba cuando dejé mi trabajo en Barcelona, era que iba a trabajar en un Departamento de Recursos Humanos en una ONG en India! Recuerdo que cuando me fui de Barcelona pensaba: “no quiero saber nada con ordenadores, ni de Recursos Humanos en muuuuuuucho tiempo”, y allí estaba, en una oficina llena de polvo, con mosquitos y palomas sobrevolando mi cabeza y tomando chai a todas horas. Debo admitir que tampoco es lo que más me apetecía, pero yo tenía claro que había ido a allí a ayudar en lo que pudiera, y si me necesitaban en RRHH y yo podía aportar algo, ahí estaría. Y allí estuve durante 2 semanas, pero la verdad es que se mi hizo muy difícil. Menos de la mitad del equipo hablaban inglés, la mayoría de los documentos estaban escritos en hindi, no había unas tareas o proyecto concreto en el que pudiera ayudar, y me pasaba las horas de oficina (de lunes a sábado de 9 a 18h) sentada en una silla, mirando alrededor. Por todo esto, después de dos semanas, pedí un cambio a otros proyectos más relacionados con el trabajo de la ONG directamente.

Ahora me alegro mucho de haber tomado esa decisión. Creo que fue buena para ambas partes. Yo no podría haber aportado demasiado en ese departamento y a mí me enriqueció mucho más el poder conocer cosas nuevas, diferentes de las que jamás habría podido ver si me hubiera quedado en España.

Estuve colaborando en diferentes proyectos. Allí donde alguien me pedía ayuda o yo veía que podía aportar algo, me ofrecía. Hice desde reportajes fotográficos, clases de informática, clases de cocina y de inglés para jóvenes, hasta crear un sistema de evaluación para profesores, etc. Un poco de todo. Así aprendí que, a veces, lo que menos nos imaginamos que puede servir de ayuda, puede marcar una gran diferencia. Uno de los proyectos que tuvieron más éxito fue mi curso sobre “Cómo utilizar Outlook de una manera eficiente”. ¡Quién me iba a mí a decir que mis horas delante del e-mail, las invitaciones a reuniones, los famosos “recall”, etc. iban a ser de ayuda en India!

¿Qué aprendiste de India…que enseñanza te dejó la experiencia?

Es difícil resumir en unas pocas líneas lo que aprendí porque fue tanto… Aprendí muchas cosas sobre India, su cultura, sus tradiciones, su forma de trabajar, de organizarse. Aprendí mucho gracias a las personas que se fueron cruzando en mi camino, cada uno con una historia diferente.

Una de las lecciones que aprendí como parte del voluntariado, y que compartiría con personas que quizás estén pensando en emprender una aventura similar, es sobre las diferentes motivaciones que nos llevan a estar allí. A veces olvidamos que hemos ido a allí a ayudar, no a imponer nuestra forma de trabajar. Ellos tienen la suya, que a nosotros nos parece caótica, pero es la suya y les funciona. Esto lo viví en carne propia varias veces, y lo vi muchas veces reflejado en los rostros de decepción de muchos voluntarios. Algunos incluso dejaron la organización al poco de llegar porque no podían encajar en su sistema.

¿Algún anécdota en particular que nos cuentes?

Creo que algunas de las anécdotas más curiosas para mí y repetidas durante mi estancia, era el tema del matrimonio. En India, la edad máxima en la que está socialmente aceptable que una mujer se case, son los 24 años que yo, claramente, excedo en unos cuantos añitos… No sé la cantidad de millones de veces que me preguntaron si estaba casada, y las misma cantidad de veces tuve que ver esas caras de sorpresa al decir que no. Recuerdo un día viajando en uno de los coches compartidos que se utilizan para viajar muy barato por la ciudad. Yo iba sentada al lado de una chica de unos 13 años que iba vestida con el uniforme del colegio y que volvía a casa. Nos pusimos a hablar y en seguida me preguntó si estaba casada, puso la misma cara de sorpresa al escuchar que no y me preguntó por qué y si es que no quería casarme (esto, con cara de preocupación, claramente). Le conté que todavía no había encontrado a la persona adecuada pero que esperaba encontrarla. Me dijo que rezaría por mí, para que encontrase a un buen novio pronto y me pudiera casar. Me pareció a la vez tierno y embarazoso, indignante y dulce. Claramente, desde muy muy pequeñas, la mayoría de las niñas en India aprenden que el objetivo que tienen en su vida es casarse y tener una familia y que ese día es el más importante de sus vidas. No sé si llegó a rezar por mí o no, porque todavía sigo soltera y sin compromiso!!

Ya no te encuentras en India…¿añoras algo de aquí?

¡Muchas cosas! India es caótica y exasperante a veces, pero también es divertida y emocionante. Echo de menos los colores, las sonrisas de la gente, y las sorpresas. ¡¡En India nunca te puedes aburrir!!

En el poco tiempo que llevas en Nepal qué diferencias palpas entre ambos paises?

Es curioso, porque cuando llegué a Nepal pensé que sería básicamente el hermano pequeño de India, pero la verdad es que me he llevado muchas sorpresas. No es tan parecido como pensaba.

En general todo es más tranquilo, pero menos emocionante y excitante. Una de las cosas que más me ha sorprendido de Nepal, es como mezclan el hinduismo y el budismo. Puedes encontrar templos hinduistas y budistas en el mismo lugar, y ambas religiones conviven perfectamente. Esto es algo que no había visto en India.

Viajar a través de Nepal me ha parecido más complicado y agotador que en India. Se nota que el país es más pobre y las infraestructuras son mucho más precarias. Las carreteras son terribles, hay cortes de luz diarios y moverse en plan “local” es más barato. Otra cosa que me ha llamado la atención, es que hay una gran diferencia entre las zonas hechas para turistas y las zonas para locales. Por ejemplo, si hablamos de restaurantes, creo que en India fácilmente puedes encontrar todo un rango intermedio entre los restaurantes muy locales, donde creo que necesitas una aclimatación previa antes de comer allí, y los lugares muy caros y “occidentalizados”  donde solo van turistas. En Nepal encontré básicamente los dos extremos: el local local muy barato pero donde la higiene no está del todo asegurada, o el restaurante tal cual te lo podrías encontrar en el centro de mi ciudad, y con los mismos precios que pagarías allí.

Belén cuenta su experiencia detalladamente en un estupendo blog llamado “Paseando por India”. También pueden visitar su página de Facebook y disfrutar de todas las fotografías!

LorenaMena© 2013

Ilustraciones:

Lorena Mena

Fotografias:

Belén Martínez

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