Le hemos dado solución a los viernes aburridos. Le hemos dado solución a la vergüenza. Le hemos dado solución a la falta de contacto entre traductores (un caso: Azote Ortográfico y yo apenas nos hemos visto en año y medio que nos conocemos... ¡y vivimos a cinco minutos!). Le hemos dado solución a que las futuras generaciones de traductores malagueños se impliquen en este tipo de encuentros.
¿Que de qué tipo de encuentros estoy hablando? Estoy hablando de esos encuentros en los que ¡por fin! puedes verle cara a cara a una persona a la que llevas viendo pantalla a pantalla durante un tiempo; en los que entablas nuevos contactos y refuerzas los que ya tenías; en los que puedes aprender cosas... ¡sin estudiar y sin charlas!; en los que demostramos que somos traductores de carne y hueso, y que también nos gusta echar un rato de risas.
No solo lo pasamos genial, sino que fue algo mayor que eso. La asistencia estuvo prácticamente al completo y el rato en el local fue más que agradable. Desde aquí agradezco a Tere, de nuevo, todas las molestias que se tomó para montar este tinglao, pero puedo asegurar que valió la pena. También me gustaría daros las gracias a todos los traductores y demás profesionales que fuisteis al encuentro, porque sois la caña y espero que pronto nos veamos de nuevo.
También aprovecho este pequeño lugar para animar a que conozcáis a traductores y demás lingüistas de vuestra ciudad (sobre todo a los malagueños que faltaron a este encuentro). No solo conoceréis al traductor, sino también a la persona que hay detrás, que eso siempre es muy importante. Además, es una excusa perfecta para darse una vuelta por la ciudad, descubrir nuevos locales, entablar nuevas amistades... Desde luego, con estas cosas, siempre se sale ganando.