Nadav Kander
Si ya es extraño eso que denominamos objeto externo, mucho más raro nos debería parecer la unidad del yo. Evolutivamente nos ha sentado bien esa farsa. La organización del ser vivo, de la célula al animal, se ha beneficiado de esa variación. Pero es que para hablar y juzgar, dirán algunos, se requiere la unidad del sujeto, que se dedica a realizar síntesis. Ya, condición de posibilidad, pero no sustancia ni nada parecido. Porque condición de posibilidad puede ser también algo disperso, un estado difuso, como la cresta de una ola que se desvanece.