Travestidos

Hay hombres a los que le divierte mucho disfrazarse de mujer. También se produce el caso contrario. De una u otra forma lo cierto es que el cine nos ha ofrecido una extensísima galería de travestis. La mayoría de los cómicos del cine mudo aparecieron alguna vez vestidos de mujer, sobre todo Fatty Roscoe Arbuckle, al que le encantaba hacerlo. Especialmente divertido estaba Stan Laurel en Esta es mi esposa (1929). En la película La novia era él (1949) Cary Grant luce una graciosa peluca.
Más tarde Jack Lemmon y Tony Curtis se transformaron en un par de adorables jovencitas para Con faldas y a lo loco (1959). Mucho menos adorables bajo la peluca resultaban Anthony Perkins y Michael Caine en Vestida para matar (1980). En 1982, coincidieron dos estupendas comedias que explotaban el tema del travestismo: Tootsie interpretada por Dustin Hoffman y ¿Victor o Victoria? con Julie Andrews.
Al igual que la anterior, Barbra Streisand también se vistió de hombre en Yentl (1983). Más ejemplos de cambios de sexo temporal los tuvimos en Monjas a la carrera (1990), Juego de lágrimas (1992), Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1993) -una cinta sobre el fenómeno de las drags queens, al igual que A Wang foo, gracias por todo (1995)-, Señora Doubtfire, papá de por vida (1993), Ed Wood (1994), Una jaula de grillos (1996), que era un divertido remake de Vicios pequeños (1978), y Los muchachos no lloran (1999), gracias a la cual a su protagonista Hillary Swank, le fue concedido el Oscar a la mejor Actriz.