Travesuras

Publicado el 09 septiembre 2010 por Ninocactus

Papá solía morirse dos veces al día. A veces incluso tres. Y eso que mi hermano y yo nos turnábamos, todo el ratoo, para vigilarlo. Pero él, al menor descuido, como un niño travieso, zas! Y se quitaba la vida.

Era entonces cuando uno de los dos tenía que salir corriendo a buscar ayuda. Con tanta práctica llegamos a ser muy rápidos. A veces llegábamos antes incluso de que se hubiera muerto del todo.

En esos casos tocaba esperar, con paciencia, a que acaeciera la defunción,.Era entonces cuando Él levantaba los brazos y con voz profunda pronunciaba: “Lázaro, pesado, levántate y anda!”

Y mi padre se levantaba, sonriendo y decía, “Jo, como mola”.

Ning1