Tremendo despertar el del silencio entre tus ojos
entre los soles que se estrellan en tu ventana,
el silencio que fue mirada, éxtasis, pausa
y despacio se hizo noche en tu piel.
Tremendo despertar amontonado en el calor de tu cuerpo
amontonado en mí
amontonado en los suspiros que perdiste anoche.
Tremendo despertar, de arañazos en la espalda
de llegar a vos y volver a llegar
de predestinación de piel y alevosía
de marco soberano del día
y de jubiloso y tibio amanecer.
Tremendo despertar callado entre silencios
en la sonoriza ,en los ojos, en los cuerpos,
pero ensordecedor grito
en la memoria de una vida sin latidos.