Tres décimas partes

Publicado el 22 mayo 2014 por Isi Lpp
Las flores siguen creciendo en mi jardín. Me dedico a cultivarlas como sé, como me sale desde lo más profundo, como intuyo que debe hacerse. Sigo mi propio método, ensayo y error, y acierto más de lo que imagino. Al menos las veo alzarse, frondosas y bellas, algunas más altas que otras.
Me gusta verlas ahí, en el folio. Cada una nacida en un instante diferente, continuada a lo largo de las horas. Escribir con mimo, con calma, saboreándolo en todo momento. Como si se fuese a acabar el impulso en mitad del proceso y me fuese a quedar para siempre con la miel en los labios. ¿Y entonces qué haría? ¿Cómo podría pasar página con el jardín a medio plantar? ¿Cómo podría olvidar, dejarlo enterrado en el olvido, dejar que se pudra?
Mientras, en mi ventana no aparece más que el cielo como acompañante. Eso y el silencio, uno inmenso y atroz, fruto del que espera una señal y no termina de aparecer nunca. Ansío, espero, desespero. Y a la vez, escribo.
Tres décimas partes han crecido. Y ha aparecido una pista, incluso:
"Puede que sea el primero de su especie en mi haber, pero no creo que sea el único."
Y que sigan creciendo con la misma alegría, al mismo ritmo. Y que yo las siga recogiendo, siga tecleando y siga pareciéndome esto el mayor de los placeres posibles.