de Ali Cronin
Girl Heart Boy
1.- Nada es para siempre
2.- Solo es un rumor
3.- Tres son multitud
En teoría, Cass vive un cuento de hadas, es guapa, inteligente, tiene una pareja estable, un grupo de amigos que la apoyan en todo momento… Pero en la práctica, las cosas no son tan sencillas; Cass se siente absolutamente perdida. Sus amigos odian a su novio, y no les faltan razones, y se empieza a sentir alejada de ellos y, además, acaba de averiguar que su mejor amigo está enamorado de ella. Ha llegado el momento para Cass de tomar una decisión drástica.
Un grupo de amigos, estereotipados hasta la médula. De hecho, hasta en la contraportada aparecen sus nombres con sus rasgos más característicos, que en la mayoría de los casos se convierte en su único rasgo. En algún momento, parece que le echa un vistazo más profundo a algunos de los secundarios, pero se retira antes de llegar a nada que pueda resultar mínimamente interesante. Los personajes no parecen tener motivaciones ni trasfondo real. Aparecen y desaparecen sin más y se limitan a cumplir su función. Sólo se salva Cass, la protagonista.
Además, Cass me ha caído mal durante prácticamente todo el libro. Normalmente, eso no me resulta un problema , pero esta ha sido la excepción que rompe la regla, seguramente por el egocentrismo de la trama. Sólo hay lugar para Cass, sus paranoias, sus problemas y su novio. Creo que mi problema con esta novela es que Cass no ha conseguido despertar mi interés, como tampoco su historia, insulsa y predecible hasta límites molestos y exasperantes. Desde el primer momento tuve claro qué pasaría con su mayor y perfecto novio Adam y cómo terminaría su elección de universidad. Sí es cierto que ha habido algunas sorpresas en cuanto a algunos secundarios, pero nada con la suficiente fuerza como para salvar el resto de la trama.
"Lo mejor fue una interpretación grupal de Don't stop believing que habría hecho que a Louis Walsh se le saltaran las lá-glee-mas (jajá)".
O fallos de traducción que dejan a una con cara de tonta, cuando después de estar hablando sobre Cambridge y Sussex (con la consiguiente deducción de que la protagonista vive y estudia en Inglaterra) se suelta que lo más le gusta a alguien es escuchar los Cuarenta Principales. Claro. En Inglaterra. Con Anthony Eagle.
El estilo de la autora, además, no tiene nada de destacable. Simple, llano, rápido de leer, basado en diálogos y poca narración y profundización en ningún aspecto de la novela. En definitiva, se trata de una novela sin pretensiones, sencilla y simple, que no ha conseguido que me viera atrapada ni me zambullera en ella en ningún momento.