Tres. Siempre me gustaron los triángulos.
Tres... Como tú, ella y yo.
Siempre unidas, las tres.
Hoy se cumplen tres años del peor viaje en avión de toda mi vida. Un viaje inesperado, jamás deseado y rebosante de incontenible dolor, de lágrimas silentes, de gafas oscuras, de hiel en mi alma. Siempre recordaré el rostro enternecido de aquella azafata, mientras yo intentaba ocultar mi amargura y mi pena, apoyándome contra aquella ventanilla de la clase bussines.
Hace poco lo comentaba: odio el verano y su calor porque ambos se han llevado siempre a mis seres más amados. Contigo no podía ser de otro modo.
Hoy se cumplen tres años del abrazo más terrible entre mami y yo.
Hoy hace tres años que ambas nos convertimos en huérfanas.
Hoy se cumplen tres años de tu marcha.
Hoy hace tres años que sufrí el peor de los dolores.
No pasa ni un solo día en que no hable contigo. Te recuerdo y nombro constantemente. No pasa ni un solo día en que no te escuche, aunque mis oídos estén sordos para ti.
Constantemente te siento conmigo, pegadita a mí, vigilante, atenta y responsable, como siempre fuiste y siempre serás. Ahora mismo, justo en el momento en que un mar de lágrimas vuelve a derramarse por mis mejillas, te escucho diciéndome "pero mira que eres bobita, mi niña, no llores que te arrugas y se te hinchan los ojos, ¿no ves que estoy aquí, ingratota?"
Y lo sé, sé que estás aquí. No sólo porque vivas en mí, sino porque vivo tu presencia a mi lado en muchas ocasiones. Sobre todo cuando caigo enferma, febril y mi estado de consciencia se altera ligeramente. Aún sonrío evocando aquella tarde de hace unos meses cuando, malita, me tumbé en el sofá ante la tele y en ese estado típico de duerme-vela oí el taconeo de tus pasos, olí tu aroma y sentí, físicamente, cómo tu mano -siempre anillada-, acariciaba mi mejilla izquierda, intentando relajarme. Me dormí así, bajo tus atentos cuidados. Y al despertar ya me sentía la mar de bien.
Consagraste tu vida a mi cuidado. Simplemente por AMOR.
Exigente y amorosa. Fotofóbica y viajera. Presumida y atractiva. Hiperactiva y cafetera. Mandona y responsable. Simpática y educada. Cinéfila y amante de juegos de mesa. Elegante y moderna...A medida que pasa el tiempo y mejor me conozco, más te descubro en mí y en lo que soy y modelaste en mí, mi querida y adorada abuela.
Te quiero mucho, yaya...Así te decía de pequeña.
Te extraño a cada segundo, aunque sé que andas muy cerca.
Tres años ya sin poder abrazarte.
Tres años con tu constante presencia.
Hoy tenía que escribirte, mi amada y siempre presente abuela.