Hoy siguiendo con la tradición de traeros a mi rincón vidas anónimas de gentes sencillas y valiosas me hace especial ilusión contaros la vida de Trini, una centenaria de mirada tierna que sonrie siempre.
Trini acaba de cumplir el dia 30 de Mayo, cien años. La conozco mucho porque es muy amiga de Josefa, otro personaje de hace unos meses y mi vecina.
Trinidad Prieto Carrera, nació en Besande, provincia de León. Era la tercera de cinco hermanos, uno de ellos misionero.
La vida de Trini se desarrolla en la tranquilidad de su bonito pueblo rodeada de familiares y amigos. Cuando era apenas una adolescente se enamora de Teodoro, un guapo mozo de Boca de Huérgano, un pueblo cercano al suyo, y se queda prendado de ella nada más conocerla.
Cuando tenia treces años alguien le propone a su familia la posibilidad de que Trini se vaya a trabajar a Bilbao a casa de unos señores como empleada de hogar. Son tiempos difíciles y en las familias numerosas hay muchas bocas que alimentar con un solo sueldo más bien escaso del padre de familia.
Es así como nuestra protagonista llega a la capital vasca donde se encuentra con Teodoro que trabajaba en el ferrocarril. Su alegria es inmensa y al poco tiempo deciden hacerse novios.
Trini siempre ha tenido muy claro lo que queria hacer con su vida, y decidió casarse con Teodoro, el amor de su vida. Es impresionante la lucidez que tiene a pesar de la edad. Me cuenta divertida que era la más guapa y salerosa de sus amigas, y que cuando las veia sufrír por algun chico les decia con mucha sorna: "¡ Sufrír por uno, con todos los que hay!" pero ella sabía que no podia dejar escapar a Teodoro por nada del mundo.
Se casaron en Balmaseda porque les hacia ilusión, aunque como pertenecian a una parroquia de Bilbao, les multaron con dos pesetas por no acatar lo que estaba señalado. Sonrie Trini picaronamente como dandome a entender que siempre ha sido una mujer decidida .
Al poco tiempo llegaba al mundo su única hija, Trini, como ella. Allí vivieron unos años hasta que a Teodoro le proponen trabajar en Guardo como ferroviario con un servicio desde la estación al calero en las fábricas de explosivos.
La vida les sonrie con su pequeña hija en este pueblo que les acoge como a tantas personas que acudian buscando trabajo por aquel entonces.
Pero el destino les tenia preparada una tremenda sorpresa y descarrila el tren donde trabajaba Teodoro produciendóle la muerte.
A sus 39 años deja viuda a Trini, y a su hija que tenia cinco.
Trini hija, recuerda emocionada en ese instante, que su papá jugaba con ella y le llevaba a caballito por la casa. Un entrañable recuerdo que llevará siempre consigo.
La vida de Trini pega un vuelco teniendo que buscar trabajo, pues apenas le queda una miserable pensión de viudedad . Trabaja incansablemente limpiando las oficinas de Antracitas de Vellila y S. Luis. Tiene en su casa huéspedes a los que les cobra un dinero al mes y así poder salir adelante. Viven en la C/ Arroyo en una casita de planta.
El tiempo pasa y las heridas van cicatrizando. Su hija Trini, se casa y tiene una hija, en la foto se puede apreciar la misma mirada que me cautiva de su abuela.
Y un nieto, muy guapo también. Los dos adoran a su abuela y se sienten muy orgullosos de ella.
Pero de nuevo la vida les golpea, y Trini hija, a la edad de 43 años se queda viuda como su madre.
Se le puede ver en la fotografia que he puesto encima de la de su hija, que ellos conservan con amor.
Unidas en el dolor y los gòlpes de la vida, ya no se separarán jamás. Juntas hasta hoy han recorrido un largo camino hecho de sacrificio. Como si el destino hubiera querido unirlas de manera especial. He podido observar en sus miradas, amor del bueno.
Yo también he querido dejar constancia del momento vivido al lado de las dos. Lo guardaré en mi corazón para siempre.
Trini me ha contado una costumbre que había en su pueblo cuando un nuevo sacerdote cantaba misa. Se le conocia con el nombre del Mayo. Los mozos pelaban un chopo y al final del tronco, en la punta, ponian un jamón u otro objeto, como premio para el que tuviera el valor de subír arriba del todo. Es impresionante su memoria. Hasta se acuerda de unos versos que se cantaban: "Sube galán arriba, sube por ese Mayo, que ninguno ha tenido habilidad para otro tanto"
Está suscrita a una revista desde hace muchos años, pues también lo estaban sus padres. Se llama "El pan de los pobres" Este mes le han dedicado una reseña que me muestra muy orgullosa.
Cae la tarde y Trini, su hija, me invita a un café y unas pastas. Cuando veo el primoroso mantel, no puedo evitar el hacerle una fotografia. He compartido con estas dos mujeres un rato mágico donde el tiempo se detiene y se saborea la vida.