Triste

Se encuentra triste, deprimido, sepultado bajo capas de días semejantes los unos a los otros. A veces considera la posibilidad de novedades, otros días que traigan nuevas sensaciones, ¿a qué podría atenerse, si se dieran? No lo sabe. La incertidumbre es peor que este aburrimiento doloroso al que, piensa, se ha acostumbrado desde hace mucho tiempo.
Como hace siempre, viene aquí para contarlo, para que le sirva como recordatorio: no es feliz, desde luego. Escribe. Lo repite. No se para a considerar si se trata de una constatación momentánea o repetida, acostumbrada: esa falta de premeditación y este inclinarse aquí, ahora, constituye un ritual, su ritual, aunque él no lo formularía así jamás, hacerlo invalidaría todo el carácter que tiene para él de ritual.
No es feliz, escribe. Se encuentra triste, añade, deprimido. Pero podría ser peor.