Tristeza

Publicado el 20 febrero 2010 por Pedro Pozas Terrados

CUADERNO DE BITÁCORA . A BORDO DEL NAUTILUS

DIARIO DE NAV EGACIÓN

20/FEBRERO/2010


Estoy cansado....angustiado...solo en un mundo lleno de vida amarga y alegrías calladas. Quiero desahogar la ira de mi alma, aplacar los poros de mi piel que sudan a palabras sordas y olvidadas. Mis ojos se cansan y el murmullo del dolor vuelve una y otra vez, para recordarme que estoy vivo, que vago por un mundo que no me comprende, que siento el sabor del rechazo en cada viento que azota mi cuerpo.

Pero tengo que ser fuerte, no derrumbarme ante la soledad de mis pensamientos. Debo quererme a mí mismo, ya que los míos sólo buscan en mí, una mano para labrar la Tierra y entregar frutos, olvidando que esa Tierra, esa mano, necesita energía y fuerza para que la cosecha sea fértil y abundante.

El sol brilla en mi pecho buscando calor que no encuentra. ¿Puede que sea yo el que desentone en esta orquesta de mi vida?.

Soy sensible al tacto del agua cristalina, de ese rió que cruza por mis venas llevando moléculas de savia, de esperanza, de ganas de vivir. Pero los obstáculos son muchos y las presas paralizan toda actividad floreciente. Y entoncesel lecho del río, de mis venas, se torna seco, sin el murmullo de la corriente, sin escuchar el canto de la rana o ese goteo característico de la lluvia al caer sobre su regazo.

Si, a veces mis lágrimas recorren mis mejillas con la esperanza de mojar, aunque sea como el agua salada, las piedras resecas de un cauce muerto, olvidado, marchito en mil pedazos de proyectos rotos, de nostalgias que hacen vibrar los mil sentidos de mi cúpula de cristal.


No tengo una mano amiga, una acaricia en mis labios que llenen el bombear de mi corazón. Sólo tengo una pluma y un papel blanco en el que dibujar mis ilusiones y desahogar mis penas y temores.

Ya se arruga mi piel en mis ojos. Mi pelo rebelde se tiñe de blanco como las montañas nevadas, cómo lenguas de un glaciar eterno. Pero....hasta ese hielo se deshace en agua dulce que corre al encuentro de su madre La mar. Y lo eterno se vuelve incierto, días, horas...... en un mundo donde el llanto deja de serlo cada segundo y al siguiente de nuevo renace con más intensidad. Y es aquí, donde la vida se va hacía oscuros mundos que nos hacen temblar de incertidumbre y miedo.

A pesar de ello, de esta melancolía que aflora por mi piel en determinados momentos y aunque me encuentre hundido en el lodo de mi existencia.......amaré con todas mis fuerzas a la esperanza, a la igualdad que nunca llega y a esas almas que mueren de pena y hambre, buscando la libertad y la misma forma de vida que yo poseo y que a veces desprecio.

Soy egoísta. Tengo de todo y sin embargo me quejo de una soledad que tal vez la haya esculpido con mis propias manos lenta y ciegamente.

¿Existe la felicidad? No lo se. Yo no la encuentro por más que busco entre los libros del saber. Eso si, siempre encuentro a mi agridulce amada, la tristeza que ensombrece mi mirada.

No sin razón me llamo Nemo, el equivalente en latín a “Nadie”. Ya el héroe griego Odiseo le dijo al cíclope Polifemo: “Nadie es mi nombre y Nadie me llaman mi madre y mi padre y todos mis compañeros.”

PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)