Revista Literatura
Fuerte como un olivo,
flexible como un olivo,
que lo varean y aguanta.
Yo no puedo, nadie puede, hablaros de la toxicidad de una droga en vuestros cuerpos. Hay que probarla en las ferias de ganado.
De aquel viaje.
De aquella noche junto al mar, de aquel hombro con hombro y la resaca,
la manzana que no será el postre
porque alguien se ha inventado la mermelada de melón
y los cabellos largos como firma.
En ese espacio donde soy lo que soy, de verdad ysin ambages,en ese espacio, donde no existe turbulenciaalguna, ni duda ni falta de resuello,ni idea turbia, ni nervios, en ese espacio pánico de no poder evitar lo que soy,el silencio que no necesita explicaciónel que pierde el centroy se sienta a ver cómo danzamos.Prefiero gobernar los ejércitos a gobernar una casa, todo en su sitio.Cadena de tornados.