Revista Diario

Truco o contrato

Publicado el 29 octubre 2015 por Rubén Rubén García Codosero @RCodosero

Nos acercamos a las vísperas del día de santos. En dicha víspera, por lo menos en lo queda de la España dividida generacionalmente, una parte se santigua y recuerda a sus seres fallecidos, y la otra se disfraza de ser de ultratumba o primo de Stephen King.  El día a día de un emprendedor es algo así. Te explicaré con más detalle.

Ya sabes que hay dos generaciones conviviendo juntas. La digital y la analógica y sin entrar a valorar los pros y los contras de cada parte, me centro en lo referente a los negocios. En la España analógica cualquier acuerdo comercial se sellaba con un apretón de manos y el sello de la palabra. Ese sello se fue resquebrajando según avanzaba el progreso.  La palabra, el ser buena persona, excelente profesional y tener predisposición, actualmente te puede dar más sustos que tratos. El mejor dicho o refrán Español para este acto, sería algo así como “Donde dijo digo, digo Diego”. O lo que es lo mismo, no me interesa o me convence y no te pago.

Imaginemos  unos siglos atrás, al capataz de un castillo. O le pagabas por su trabajo, o te caía un palo, teja o almena por accidente. Los trabajos se pactaban y si querías un foso de cocodrilos, te hacían un foso de cocodrilos. Si querías elefantes, lo hubieras dicho antes, por los abrevaderos, empalizadas o espacio a utilizar.

En el mundo actual, de servicios digitales, consultorías, formación la cosa ha cambiado. Me formas, me das consejos, me haces auditoria o coaching y no te pago. Como todo el mundo es coach, community manager, programador, o pintor de brocha gorda pues eso, no te pago. Y como no tenemos cocodrilos, almenas que derrumbar sobre el buen cliente, te quedas sin cobrar y a otra cosa. Porque eso de que te paguen con promociones en desiertos de hambrientos de ideas, por lo visto no llena el estómago.

Por lo tanto si no tenéis un buen abogado, o un buen consejero en vuestro coworking, gestoría o “cuñado” al tanto de leyes, buscar en internet modelos de contrato.  Las palabras se las lleva el viento, o haciendo un guiño “se las come el cocodrilo”. Pero un contrato en papel ante un juez es una decisión clara para el mismo.

Nuestro tiempo es finito y valiosísimo. Nos seguimos formando todos los días, damos lo mejor de nosotros y nuestro valor es incalculable. Lamentablemente tenemos que hacerlo competitivo y darle un precio. Tus noches de estudio, horas de trabajo, años de soportar jefes, profesores, compañeros tiene un precio. Y la razón para que nadie se aproveche es un simple contrato entre las dos partes.

Si no lo aceptan, ganas tú y si lo aceptan ganas tú igualmente. Todo lo contrario es “truco” y la verdad es que no estamos para muchos trucos, sino para muchos hechos.

Feliz o tranquilo día de difuntos y recuerda a la muerte, ya que ella sí que lleva nuestro contrato bajo el brazo. Disfruta la vida y protégete con contratos, no pierdas tú tiempo.

contrato


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