Robert W. Chambers situó geográficamente sus relatos macabros acerca de El Rey de Amarillo en la misma inquietante localidad, donde “…A lo largo de la orilla rompen olas turbulentas, los soles gemelos se hunden tras el lago, las sombras se alargan…”, según reza La canción de Cassilda en el Acto 1 Escena 2. El Rey de Amarillo de Chambers es el título de un libro cuya lectura sumerge en el pánico y provoca la pérdida de la razón, idea que retomaría Lovecraft con su Necronomicón.
Ambos escritores han sido rescatados desde los últimos anaqueles por los libreros a partir de la primera temporada de True Detective, la serie que trepó a la categoría de objeto de culto a partir de las destacadas producción y dirección de Nick Pizzolatto y Cary Fukunaga, una ambientación musical extraordinaria y la composición actoral de Woody Harrelson y Matthew McConaughey en la piel de los detectives Marty Hart y Rust Cohle; el último, en mi opinión, en una interpretación memorable.
Diecisiete años transcurren en la vida de ambos protagonistas desde el día en que se les encomienda la investigación del perturbador asesinato de la joven Dora Lange hasta el momento en que finalmente arriban a la finca donde reside el ejecutor material, cuyo estereotipo brutal permite concluir que la trama de los crímenes incluye una telaraña de personajes poderosos que no van a ser descubiertos. Una Carcosa escondida en los paisajes perturbadores de Louisiana donde llevar a cabo asesinatos rituales, violaciones y pederastia bajo la impronta del Rey Amarillo, cuya efigie recuerda al dios Pan, será el lugar donde finalmente arriben Hart y Cohle para confirmar que no sólo acecha en los sueños, sino que el horror existe.
Ambos podrán atisbar una luz de esperanza para sus vidas después de haberse asomado al abismo, aún cuando a Cohle lo precede el dolor trágico por la muerte de su pequeña hija que ha enmascarado con escepticismo y amargura, en tanto que Hart esconde frustraciones profundas detrás de su alcoholismo. Porque Carcosa será para los detectives la aproximación a una verdad estremecedora, al destino terrible de tantos seres vulnerables, generalmente mujeres y niños, que transitan como pueden por el mundo y terminan siendo objeto de prácticas depravadas disfrazadas de religiones así como de abusos siniestros de los poderosos escudados en su impunidad. Carcosa cohabita, acechante, entre nosotros.
Dedico esta entrada a mi querida lectora Jo March, que hace un tiempo atrás me solicitó un post acerca de la primera temporada de True Detective. La fotografía reproduce la imagen publicitaria de la serie.
Feria Trimarchi
Con el tiempo fueron gestando una relación personal y le plantearon extender ese contacto con sus compañeros de curso en un encuentro de diseño para intercambiar ideas y experiencias, incorporando otros referentes. Fontana se ofreció como padrino del evento y así surgió el germen de la feria de diseño más importante de América Latina, que se llevó a cabo aquel primer año en un salón de fiestas; los gastos corrieron por cuenta de los padres de los organizadores.
Trimarchi ha celebrado este año su décimoquinta edición y ahora es necesaria, por su magnitud, la superficie del Estadio Polideportivo de la ciudad para los tres días consecutivos que reúnen a diseñadores, ilustradores, fotógrafos, músicos, expertos en moda. Un multiespacio aglutinante de conferencias, talleres, mesas redondas y espectáculos musicales con representantes de cada rama del arte de primer nivel internacional.
La fotografía corresponde al fotógrafo Cristian Beckerle y ha sido publicada en Fuego Yámana.
Bomba Polvo de Estrellas
Lo cierto es que he reincidido ante la efervescencia burbujeante de las bombas de baño Míes, esta vez en la versión Polvo de Estrellas, que prometía una fusión de manzanilla, tilo y lavanda para generar un poderoso efecto relajante; debido al tamaño más que generoso del producto lo he partido a la mitad a fin de duplicar el placer prometido.
Y doy fe que luego de sumergirse en agua caliente impregnada por las sales minerales, flotar entre los aceites esenciales que se van liberando y cerrar los ojos dejando que la fragancia inunde todo el cuarto de baño, sólo resta prepararse para disfrutar de un reparador y profundo sueño.