Cartel del cortometraje
A veces te encuentras con sorpresas inesperadas. Con destellos de sensibilidad, de luz e inteligencia en forma de pieza de animación.
Tsumiki no le (La maison en petits cubes) es una historia aparentemente sencilla e intimista que nos habla de la memoria, de los recuerdos vividos, de la vida en definitiva. Kunio kato, su director, fue el segundo japonés en ganar un Óscar en el 2008 tras la célebre El viaje de Chihiro.
Funde lo simbólico con lo real, adentrándonos en un mundo onírico y extraño pero familiar a un tiempo. Poco importa qué sucedió y cómo en esa tierra acuática y lejana. Lo que nos atrae es esa figura entrañable e hipnótica que lucha e intenta sobrevivir a pesar de todo, a pesar de ese mar que le va persiguiendo implacable. A ello también ayuda la técnica empleada en la animación, pues kato juega a darle apariencia tradicional, casi como si estuviera echo con planchas una a una, a la antigua usanza, pero que, sin embargo está realizado con las más novedosas herramientas informáticas.
Aquí lo dejo, espero que lo disfrutéis tanto como yo. Y no os asustéis, a pesar del título no está en francés ni en japonés, es un corto sin palabras.