Tu ser despertó mi sentimiento de confianza,
Me hizo abandonar, destierros y corazas.
Saber que con simples gestos,
Siempre perdonaba con fe y esperanza.
Tu dulzura, me regaló cuatro estrellas,
Y una escalera para llegar a mil cielos.
Me obsequió un mundo lleno de bellezas,
Un rayo de luz y mil centellas.
Tu paz, disipó todos mis tormentos,
Y me devolvió casi intactos, todos los bellos momentos.
Fue la cumbre desde donde pude mirar sin caerme,
Y aquel pozo mullido donde caí, sin golpearme.
Tu voz, es un canto para ser cantado,
A veces tan alegre como el encuentro impensado,
Y otras veces triste como el partir sin despedirse.
Tu alegría, es el estruendo de una carcajada,
Una maga, un duende, una hermosa hada,
Que con su magia transformó todo mi drama,
liberando aquel sentimiento que liberación clamaba.
Tu coraje, es sinónimo de lucha constante,
Como aquel cometa errante,
Que desde lo basto del infinito,
Pudo en su largo camino,
encontrar al fin, su destino.
Tu abrigo, fue puerto donde pasar las tormentas,
Un oasis verde en mitad de mis desiertos,
Es la que entendió aun mis desencuentros,
Porque esperó, apacible mis malos momentos.
Tu bondad, es un campo repleto de rosas,
Desde donde admiro la nobleza del que escucha,
La humildad del que siempre lucha,
La humanidad del que nunca duda.
Sin hablar entendí sus palabras,
En aquellas profundas miradas,
En las cuales las virtudes florecen,
Y los defectos se oscurecen.
No me quites,
No te canses,
no me olvides,
Guárdame en un rincón de tu corazón,
Para que siempre me sujetes,
Para que nunca decaiga en la sinrazón.....