Toda una historia rejuntando pedacitos de tu nombre
haciendo bolsillos de tanto guardar
llamándote por orden alfabético,
por edades, por llamaradas dadas al atardecer
toda una historia acorralando las iniciales
queriéndolas un día con locura
al otro día sin la locura de ayer
y una noche de esas llorándole en la mitad de la calle
toda una historia creyéndote lábil cuerpo desnudo de tardes
argumentando fragilidades de azul y tiempos
toda mi plegaria de noches de alcohol hamacándote en mi boca
pronunciando tu alma en un brindis
y derramándote sobre mis piernas
llena de miel y sueños en flor,
toda mi vida hecha tu vida
toda mi muerte con los ojos cerrados de vos.