11 de diciembre de 2013
“El diario no hablaba de ti, ni de mí”.
Joaquín
Sabina
Miro la
barricada, el humo que ennegrece la calle, y aprieto el revólver. Afuera hay
gritos y aquí tus ojos, que miran un león que en la tele, de Ushuaia a la
Quiaca, olvida la muerte que en animales de dos ruedas busca la noche, la carne,
la masa. Aterido, enfurecido, desesperanzado, cansado, roto oigo cantar a
Dyango en la radio, y a Juan Gabriel y a Dios en las canciones de iglesia y a
Karina y a Soda Stereo. Busco noticias de este desastre y no hay silencio más ensordecedor que
estas canciones de ayer y mañana. Salgo porque sé que vendrán –que vienen, me
dicen ya– mientras en la red hay poetas que se preguntan por la palabra justa y
el verbo medido. Salgo, porque hoy, amor, igual como siempre, el hombre es lobo
del hombre.