Tulsa - Espera la pálida (2010)

Sólo me has rozado, único disco de Miren Iza hasta hace unas semanas, elevó a ésta como estandarte del indie patrio. Una etiqueta, quizá, excesiva. Cuatro años ha tardado en publicar la continuación. Sin duda, se ha tomado su tiempo. Espera la pálida nos llega envuelto en expectativas difíciles de cumplir.
¿Hacia dónde ha tirado? Desde luego, no ha sido por la calle de en medio. Habría sido muy fácil sacar un disco absolutamente previsible y continuísta, pero éste, aún siéndolo en parte, nos ofrece una Miren más compleja, más densa y, si cabe, más oscura, cantando y componiendo con una dureza totalmente inusual en una intérprete femenina de este país. Eso, no se le discute.
El álbum va de menos a más; alterna excelentes canciones con otras olvidables, especialmente el peor single que podía haber elegido (Matxitxaco), por repetitivo, por previsible, por la impostura que transmite. Pero cómo criticar un disco que contiene cortes como Te ofrecí, Aniversario de boda, Herencia veneno, Barro o A mis brazos. Lo asumo, difícilmente. Quizá lo más achacable es la búsqueda de imágenes demasiado rebuscadas en lo que puede llegar a suponer un 'tour de force' compositivo, que le resta naturalidad a las historias que en ella se cuentan, y también que, en algunas canciones, la estrofa se entiende con dificultad (los instrumentos se comen a la voz). Detalles menores, al fin y al cabo.
Espera la pálida no creo que aumente la troupe de seguidores de Tulsa, pero sin duda confirma lo que se apuntaba en Sólo me has rozado: que Miren es una compositora diferente, fiel a si misma (temía que los pájaros inundaran su cabeza), con sus virtudes y sus excesos, pero con una personalidad y un estilo claramente reconocibles. Esperaba más de ella, pero no puedo decir que me haya dejado insatisfecho en absoluto.
Lo importante no es llegar, es mantenerse.De momento, cumple.
Puedes escucharlo en Spotify.